20.11.2017 | 6 minutos de lectura | Imprimir artículo

¿Por qué fluctúan los tipos de interés?

Los tipos de interés cumplen una función muy importante en la economía de un país. Por un lado, suponen una compensación que percibe el ahorrador que sacrifica una parte de su consumo presente para tener la posibilidad de una mayor renta en el futuro. Por otra parte, el interés también sirve de compensación para el acreedor que ha prestado su dinero a otra persona y, hasta que no le sea devuelto, este no puede disfrutarlo. Por tanto, el interés juega un papel crucial para que una economía se incentive en el ahorro (del cual se financia la inversión) y para que pueda fluir el crédito que financie proyectos.

Tipos de interés de referencia que marcan los bancos centrales

Comúnmente a los tipos de interés se les llama “el precio del dinero”, ya que estos se fijan en los mercados monetarios gracias a la interacción de la oferta y la demanda de activos financieros. No obstante, los tipos oficiales de referencia en una economía que terminan influyendo en todos los demás no los fija ningún mercado. Es el Banco Central de cada país, que en base a su estrategia de política monetaria, fija estos tipos oficiales. En el caso del BCE, establece el tipo de interés de las inyecciones de liquidez a la banca y el de las operaciones de crédito y depósito entre bancos y el BCE a un día. El negocio de los bancos comerciales es obtener recursos financieros por los que paga un interés y con ellos dar créditos por los que cobra un interés mayor.

Dado que en muchas ocasiones los bancos obtienen esos recursos del BCE, las subidas y bajadas de los tipos oficiales tienen su impacto inmediato en el interés por los créditos y depósitos que ofrecen para ajustar su margen de intermediación. El Euribor es el primer tipo de interés que suele reaccionar ante los movimientos de los tipos oficiales. Al ser el tipo de interés interbancario la referencia de multitud de préstamos y créditos, el interés de estos también se ve afectado. A su vez, productos para el ahorro como los depósitos responden también a los movimientos de los tipos oficiales. Si, por ejemplo, los bancos centrales bajan los tipos oficiales, caerá el tipo de interés de los créditos, y eso se traducirá en una reducción del margen de intermediación (diferencias entre el interés que paga el banco por sus productos de pasivo y el que cobra por sus productos de activo) de los bancos que tratarán de mitigar reduciendo el interés que pagan por los depósitos.

Oferta, demanda y características de los activos financieros

Además del “efecto contagio” de los tipos oficiales sobre otros, los tipos de interés de cada activo financiero se determinan en base a la oferta y la demanda de dichos activos, la cual se ve condicionada por las propias características del propio activo y de los activos con los que compite. Dentro de las características propias de los activos están la liquidez y el riesgo. Cuanto mayor sea el riesgo que entrañe un activo, mayor será el interés que se le demande en compensación y viceversa. En cuanto a la liquidez, cuanto mayor sea la facilidad que tenga un activo para poder convertirse en dinero en efectivo, menor será el interés que remunera. Por contra, una mayor iliquidez supone tener que pagar un mayor interés. También factores exógenos como el nivel general de precios influye en los tipos de interés, ya que una inflación alta requiere de una subida generalizada de los tipos de interés para no perder poder adquisitivo a la hora de ahorrar.

También la existencia de distintos productos financieros y la competencia entre ellos influye en el interés que remuneran y en la oferta y demanda de estos. Por ejemplo, los depósitos a plazo y las letras y bonos del estado son activos que compiten entre sí para captar el ahorro de aquellos inversores más aversos al riesgo, lo que hace que el tipo de interés de cada activo sea muy tenido en cuenta por los ahorradores a la hora de escoger uno u otro. En el caso además de las letras y bonos del estado, cuando estos son adquiridos en las subastas, no tienen por qué quedarse hasta su vencimiento en manos del tenedor. Este puede venderlos antes del vencimiento en los mercados secundarios de renta fija. Donde el precio de los bonos cotiza al igual que en la Bolsa cotizan los precios de las acciones ante los movimiento de la oferta y la demanda. En el caso de los bonos, el tipo de interés fluctúa al mismo tiempo que lo hace el precio, pues en los activos de renta fija el precio y el interés guardan una relación inversa.

Caída generalizada de los tipos de interés desde los años 80

Aunque las fluctuaciones y oscilaciones en el corto plazo de los tipos de interés obedecen a las razones anteriormente mencionadas, las tendencias a largo plazo de los tipos de interés obedecen a otros elementos. Desde los años 80, se observa una caída generalizada por los tipos de interés, parte de ella provocada por las actuaciones de los bancos centrales pero también por otros factores. Los economistas Lukasz Rachel y Thomas Smith han cifrado la caída global de los tipos de interés en los últimos 30 años de 450 puntos básicos de media, o lo que es lo mismo 4,5 puntos porcentuales. Esta caída se repartiría de la siguiente forma: un aumento de la población envejecida explicarían 90 puntos básicos de la disminución. Un incremento de la desigualdad de la distribución de la renta dentro de los países, 45 puntos básicos. El aumento del ahorro en los mercados emergentes, 25 puntos básicos. Caída generalizada de los precios de los bienes de capital, 50 puntos básicos. La menor inversión pública, 20 puntos básicos. Finalmente, un aumento de la diferencia entre el interés libre de riesgo y la tasa de rendimiento del capital, aportarían otros 70 puntos básicos de esta caída.

Los investigadores de esta forma explican con su trabajo 300 puntos básicos de los 450 de caída. Respecto a los 150 puntos restantes, aún no se han podido identificar cuáles son las causas que los explican.