16.03.2018 | 5 minutos de lectura | Imprimir artículo

¿Qué es mejor diversificar o concentrar tus ahorros? | Raisin

¿Qué es mejor diversificar o concentrar tus ahorros?

“No hay que poner todos los huevos en la misma cesta”, así reza el refrán, ya que, si se rompe la cesta… nos quedaremos sin ningún huevo. Este dicho aplicado en el ámbito del ahorro y la inversión se resume en una palabra: diversificación. La diversificación en los ahorros consiste en invertir estos en varias inversiones de distinto riesgo. Algunas en activos seguros como depósitos de ahorro o bonos del estado y otras en activos menos seguros, pero que pueden dar mayor rentabilidad como acciones de empresas o renta variable. La lógica de proceder de esta manera es minimizar el riesgo de pérdida global de nuestros ahorros, ya que las pérdidas que pudiéramos tener en una de las inversiones se pueden compensar por las ganancias de otras.

Así pues, la principal ventaja de la diversificación es que las probabilidades de sufrir pérdidas son mucho menores que concentrando el ahorro en un único activo. Ahora bien, ¿se puede obtener mayores rendimientos concentrando los ahorros en una única inversión en lugar de diversificar? Sí, pero también se asumen mayores riesgos que pueden llevar a perder todos los ahorros.

¿Qué tipo de inversor soy? ¿Cuánto riesgo estoy dispuesto a asumir?

A la hora de invertir los ahorros es importante tener en cuenta tanto el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir y los conocimientos que se tienen de los mercados financieros. Si se pretende invertir en activos que entrañen cierto nivel de riesgo, primero hay que preguntarse si se conoce perfectamente el tipo de activo en el que se invierte. Si no se conoce, no hay que meterse en él, si se conoce lo siguiente es hacerse este planteamiento: “¿cuánto dinero podría perder en una inversión sin que esa pérdida suponga ponerme en algún duro aprieto económico?” Unas vez tengamos esa respuesta, no invertir más que esa cantidad. Finalmente, hay que tener en cuenta que la diversificación la podemos efectuar no solo mezclando activos seguros con activos de mayor riesgo.

También se puede diversificar únicamente invirtiendo en activos seguros (combinando depósitos con bonos del Estado o depósitos de distintas entidades financieras), para lograr una buena diversificación en depósitos de ahorro, ahorrar con Raisin es una excelente opción. La clave es saber cuánta rentabilidad quiero para mis ahorros y el riesgo que estoy dispuesto a asumir, teniendo siempre presente que mayor rentabilidad suele entrañar también mayor riesgo.

¿Cómo ha de evolucionar nuestra cartera de inversión en función de nuestra edad?

Además de nuestro perfil como inversor, también tenemos que tener en cuenta nuestra edad a la hora de cómo emplear nuestros ahorros, sobre todo, si tenemos la intención de mantener nuestra cartera durante varios años. Por lo general, cuando se es joven dentro de nuestra estrategia de diversificación más recomendable es que los activos de mayor riesgo (como las acciones o la Bolsa) tengan más peso, ya que son los que nos pueden dar una mayor rentabilidad. A medida que nos vayamos haciendo mayores, la claves es ir sustituyendo activos con mayor riesgo por activos más seguros.

¿Qué objetivos patrimoniales tengo? ¿Cómo hacer que duren?

Otro de los factores a tener en cuenta son los patrimoniales que tenga. ¿Qué objetivo persigo por hacerme inversor en mayor medida? ¿Pretendo que sean solo una fuente de ingresos adicional a la que obtengo con el trabajo y el salario, o quiero que la inversión sea mi fuente principal? Dependiendo de una u otra opción la opción más recomendable es, en el primer caso, apostar por activos seguros y simples como depósitos, bonos del Estado o fondos de inversión, o en el segundo caso, hacer una gestión más activa con activos más complejos y de más riesgo que aporten un mayor rendimiento y permitan que nuestro patrimonio crezca más rápido. Una vez que tengamos logrados nuestros objetivos patrimoniales, lo importante no es desviarse de las buenas prácticas seguidas hasta el momento para no dilapidarlo.

En resumen, la inversión es un vía adicional para obtener ingresos, pero al igual que sucede con las vías tradicionales “nadie regala duros a cuatro pesetas”. Este refrán aplicado a la inversión se traduce en que un activo que otorgue más rentabilidad suele acarrear más riesgo, que hay que tener cuidado de poner el dinero en activos que no se conozcan bien cómo funcionan y, nunca poner en los mercados financieros más dinero del que estrictamente podamos perder en el peor de los casos sin que esa pérdida nos suponga un grave agravio.