El Banco Central Europeo (BCE) cerró 2024 con pérdidas de 7.944 millones de euros, las más elevadas desde que se creó el organismo. Una cifra mucho más alta que la de 2023, 1.266 millones de euros. La principal causa de estas grandes pérdidas son las políticas monetarias para combatir la inflación. Aunque necesarias, aumentaron los gastos del BCE al tener que remunerar a los bancos con tipos de interés más altos.
Además de los tipos de interés, el BCE también tuvo más gastos operativos. En concreto, los gastos de personal fueron un 25 % más altos en 2024, y los administrativos pasaron de 481 a 513 millones de euros. Esto se debe a que se ha invertido más en digitalización y a los efectos de la inflación. Con todo, sus reservas de oro aumentaron en un 34 % su valor por el mayor precio de esta materia prima en los mercados internacionales.
La institución cuenta con un capital y unas reservas de revalorización que suman 50.000 millones de euros, por lo que puede tener pérdidas y seguir operando con normalidad. No obstante, debido a estas pérdidas, no distribuirá beneficios a los bancos centrales nacionales de la eurozona por segundo año consecutivo, lo que puede afectar a las finanzas de los países de la UE.
Publicado por Clara Estela
Consultora de comunicación y marketing. Ha trabajado para varias empresas financieras de Alemania y Oriente Medio (social trading, préstamos, pagos y banca). Sus temas favoritos: ahorro, inversión inmobiliaria y tributación internacional.