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Es probable que hayas escuchado la palabra, pero que no tengas claro el concepto de capital. ¿Te gustaría saber todo sobre este término financiero? Conoce a continuación su definición, su objetivo y los tipos que existen.
Es la suma de todos los bienes durables y los recursos financieros que se usan para producir nuevos bienes y servicios.
Existen diferentes tipos: público y privado; tangible e intangible; a corto, medio y largo plazo; humano, financiero, social, riesgo y flotante; inmobiliario y mobiliario.
Su objetivo principal es generar intereses, ofrecer una rentabilidad con los bienes y servicios que se producen.
Tiene un papel fundamental en la economía de un país, ya que genera riqueza y permite que crezca.
El capital hace referencia a los bienes durables y recursos financieros que se utilizan para fabricar nuevos bienes y servicios. Así, las herramientas que utiliza una empresa para producir y el dinero invertido para comprar esas herramientas, alquilar un espacio de trabajo, etc., serían ejemplos de capital.
Es uno de los cuatro factores de producción, junto al trabajo, la tierra y la tecnología. Estos cuatro factores son los recursos que se pueden usar para producir los bienes y servicios que necesitamos. Igualmente, un mayor capital aumenta la productividad del resto de factores. Por ejemplo, al aumentar el capital de una empresa en un 20 %, esta empresa puede mejorar su productividad con más tecnología o tecnología más avanzada.
Por tanto, podemos decir que son los recursos que utiliza una empresa para producir y también las ganancias que obtiene.
El principal objetivo del capital es obtener ganancias o intereses de los bienes o servicios que se producen, así como crear valor y favorecer al crecimiento económico de un país.
A modo de ejemplo, cuando una persona utiliza sus ahorros como capital, lo que hace es renunciar a acceder a ellos durante un tiempo determinado. De esta forma, si decide invertir en fondos indexados, abrir un depósito a 3 meses e invertir en criptomonedas rentables, estará utilizando su capital para obtener un beneficio.
Sin embargo, ten en cuenta que aunque el objetivo sea rentabilizar el capital, puede que no se consiga. Siguiendo con el ejemplo de arriba, puede que la persona no logre los intereses deseados con los fondos de inversión o que pierda dinero con las criptomonedas al ser un producto más riesgoso. Lo mismo ocurre cuando una empresa apuesta por una idea y utiliza sus bienes y recursos financieros para llevarla a cabo, puede que no obtenga ganancias y hasta que pierda dinero.
Recuerda que si quieres rentabilizar tus recursos financieros, la mejor opción es diversificar, es decir, distribuirlos entre diferentes cestas para equilibrar el riesgo.
Existen diferentes tipos de capital y varias clasificaciones según los factores que se tienen en consideración.
Financiero: todo el dinero que no ha utilizado una persona y que usa en los mercados financieros.
Social: las aportaciones que cada uno de los socios realiza a la empresa, a cambio de obtener una participación de la sociedad y un porcentaje de sus beneficios. Este, a su vez, puede ser de dos tipos, fijo o constante, cuando está fijado, como la aportación a una sociedad, que no se puede retirar (a menos que se cierre la empresa), pero sí puede aumentar si entran nuevos accionistas; y variable, el que cambia según la fluctuación o los topes fijados en el contrato, y es el dinero que se utiliza para las operaciones de una empresa y puede variar según el número de accionistas.
Riesgo: normalmente, se trata de cualquier inversión en empresas privadas que no cotizan en bolsa.
El capital puede dar rentabilidad, pero no hay una única forma de generarla. En este sentido, se puede o no combinar con los otros factores de producción (el trabajo, la tierra y la tecnología) para fabricar bienes o servicios, o puede invertirse de forma directa.
Para que lo entiendas mejor, al invertir en bolsa comprando acciones de una empresa o al invertir en divisas se invierte directamente en los mercados financieros. En estos casos, el inversor se limita a poner a disposición de una empresa sus recursos monetarios, con el objetivo de obtener beneficios. En cambio, si al invertir en esa misma empresa se facilita tierra o tecnología, la meta es obtener una ganancia combinando varios factores de producción.
El capital es muy importante en la economía, ya que es esencial para que un país pueda generar riqueza. Es más, sin capital, una nación no puede crecer económicamente. Tanto si se utiliza solo como si se combina con los otros factores de producción, el capital puede utilizarse para obtener rentabilidad.
Asimismo, mientras más capital tenga un país, más puede seguir creciendo. Esto es así porque, además de para generar más riqueza, se puede utilizar para mejorar los procesos de producción, lo que favorece el crecimiento de las empresas y, consecuentemente, el de la economía.
En España, el capital tributa por los rendimientos generados y se aplican diferentes tipos impositivos según los activos. En los dos ejemplos que hay a continuación puedes ver cómo la rentabilidad obtenida puede no tributar de la misma forma.
Por ende, en la declaración de la Renta deberás incluir todos los rendimientos de la base imponible general y todos los rendimientos de la base imponible del ahorro. No olvides que solo se tributa al liquidar.
Aunque están relacionados, capitalismo y capital no son lo mismo. El término capitalismo hace referencia a un sistema económico y social cuya idea principal es que el capital y la riqueza se obtienen a través de la inversión privada. O dicho de otro modo, es un sistema en el que los medios de producción con los que se genera riqueza son privados.