Break even: qué es y por qué hay que mirar más allá

El break even, también conocido como umbral de rentabilidad, es un término anglosajón que se refiere a un punto que iguala los ingresos y los gastos. Desde el punto de vista empresarial, es el nivel a partir del cual la empresa comienza a ser rentable, ya que trata de determinar qué nivel de ventas, ingresos o generación de fondos es suficiente para cubrir todos los gastos fijos de la compañía.

Se trata de un instrumento fundamental en la gestión empresarial, de planificación y organización de cualquier organización, ya que permite determinar un aspecto tan importante como es el precio de sus productos y servicios, teniendo en cuenta los costes operativos de la empresa y el beneficio mínimo que quiere obtener.

Cómo se calcula el ‘break even’ en una empresa

Para calcular el break even (BE), primero debemos determinar todos los costes fijos costes de estructura de la compañía (CE) y su margen bruto (MB), que es la diferencia entre los ingresos (I) y el coste variable de los bienes vendidos (CV), medido en porcentaje de los ingresos de la compañía. Con estos datos, el break even se calcula de la siguiente manera:

BE = CE / MB (%)

O también:

BE = CE / (I – CV) / I

Por ejemplo, para una empresa con unos costes fijos de 1.500 € y un margen bruto del 30% el break even es de 5.000 € (calculado como el producto de dividir 1.500 entre 0,3). 

En este ejemplo, la interpretación del break even es la siguiente: si tus ventas son inferiores a 5.000 €, tu empresa incurre en pérdidas. Sin embargo, por encima de 5.000 €, tu empresa obtiene beneficios.

Cómo mejorar el ‘break even’ de una empresa

Existen dos manera de reducir el break even y, por tanto, reducir el umbral de rentabilidad de una empresa:

  • La primera es reducir el numerador, y básicamente consiste en reducir los gastos fijos de la compañía.
  • La segunda es incrementar el denominador. En este caso, se pueden emplear dos métodos: incrementar los ingresos o reducir los costes variables, de manera que el margen bruto, medido en porcentaje sobre los ingresos, también aumente.

El break even en inversión

El break even es un concepto que también puede aplicarse en todo lo que tiene que ver con la inversión. Al fin y al cabo, no deja de ser una operación en la que hay unas potenciales ganancias, pero también unos costes asociados, las variables que precisamente intervienen en el cálculo del umbral de rentabilidad.

Cada operación tiene una serie de gastos asociados, como la comisión de compra, la comisión de venta o el spread, es decir, la diferencia entre los precios bid y ask (compra y venta). En este sentido, si un inversor comprase y vendiese en el mismo momento, sin que hubiese transcurrido un solo segundo, estaría perdiendo dinero. 

 

La fórmula es la siguiente:

BE = Precio de compra + (Gastos totales / Número de acciones).

Por ejemplo, imagina que compras 200 acciones de Telefónica a un precio de compra (el bid) de 12 €, un total de 2.400 €. El bróker cobra por esta operación 4 €, y otros 4 € por su venta. En este caso, el break even se calcula de la siguiente forma:

BE = 12 + ((4 + 4) / 200) =  12,04 €.

Este es el precio mínimo que debería exigir un inversor para no tener que asumir pérdidas. De hecho, muchos inversores mueven su stop loss cuando es posible hasta este punto para controlar sus ganancias.

El ‘break even’ es el punto mínimo de toda inversión

El break even es el umbral mínimo que permite evitar pérdidas, ya sea en cualquier inversión o desde el punto de vista empresarial. Es una referencia que influye a nivel psicológico, ya que ningún gestor o inversor desea perder dinero. 

Sin embargo, a pesar de que es una excelente referencia para posicionar un stop loss y así limitar o evitar pérdidas, los inversores no deberían quedarse aquí. El objetivo de cualquier inversor es obtener la mayor rentabilidad posible ajustada a su riesgo, y quedarse en el break even queda lejos de ese objetivo.

Alcanzar el break even es motivo de celebración, pero los inversores deberían mirar más allá. Si los resultados acompañan, quizá sea momento para explorar nuevas formas de inversión, ya sea a nivel empresarial o bursátil, detectando tendencias que estén funcionando en otros sectores o territorios y jugando. 

No obstante, esta expansión debe hacerse con cabeza, analizando las posibles inversiones, diversificando la cartera y cubriendo las posiciones en la medida de lo posible. Cualquier movimiento en falso puede devolvernos a la casilla de salida, a una posición poco cómoda que puede acarrearnos aún más gastos.