¿Sabes qué es una cartera de inversión? Si la respuesta es afirmativa, puede que estés pensando en crear una. Construir una cartera de inversión diversificada no siempre es fácil, pero este artículo te ayudará a lograrlo. ¡Sigue leyendo!
Es el conjunto de activos, de renta fija o variable, con el que un inversor o sociedad inversora busca obtener una rentabilidad.
Existen varios tipos según el riesgo (conservadora, moderada y agresiva) y según la estrategia de inversión (de crecimiento, de ingresos pasivos y de activos infravalorados).
Para crear una cartera de inversión, considera el ahorro real del que dispones, la liquidez que buscas, el plazo de vencimiento y los gastos e impuestos.
Diversifica con activos de diferentes industrias y áreas geográficas, y con productos de bajo riesgo como los depósitos a plazo fijo y las cuentas de ahorro.
Una cartera de valores, o cartera de inversión, es un conjunto de activos financieros que un inversor o sociedad inversora tiene con el objetivo de generar una rentabilidad. Puede tener cualquier tipo de activo financiero, aunque se deben elegir cuidadosamente según las metas de inversión y el perfil del inversor.
Los activos financieros que componen una cartera de inversión pueden dividirse en dos grupos. Por un lado, los de renta variable no tienen una rentabilidad concreta, es decir, la ganancia es la diferencia entre el valor de compra y el de venta. Algunos ejemplos de este tipo de activos son las divisas, las acciones de una empresa o los fondos de inversión.
Por otro lado, la renta fija sí ofrece al inversor una rentabilidad conocida de antemano. Consecuentemente, estos activos tienen un riesgo más bajo, como los bonos verdes, los depósitos bancarios y las Letras del Tesoro.
Hay varios tipos de cartera de inversión:
Cartera de valores moderada: el inversor asume más riesgo que en una cartera de valores conservadora, pero puede obtener una mayor rentabilidad. Hasta un 60 % de los activos son de renta variable, por lo que no más del 40 % son de renta fija.
Cartera de valores agresiva: es la más arriesgada porque hasta el 85 % de los activos son de renta variable, mientras que los de renta fija no superan el 15 %.
En otras palabras, hay una cartera de inversión para cada perfil de inversor: inversor conservador (cartera de valores conservadora), inversor moderado (cartera de valores moderada) e inversor agresivo (cartera de valores agresiva).
Uno de los motivos principales para crear una cartera de inversión es la diversificación. Diversificar es invertir en activos financieros con diferente rentabilidad, riesgo y liquidez, o de varias industrias o áreas geográficas. De esta forma, el inversor reduce el riesgo total de su cartera, ya que es menos probable que 20 inversiones no salgan como esperaba a que lo haga una sola inversión. Por esta razón, no destines todo tu capital a un solo activo, reparte tus ahorros entre varios productos financieros.
El número de inversiones con las que diversificar tu cartera de inversión depende de tu capital y del tipo de activos que elijas. También es importante diversificar la cartera de inversión de manera que los activos no estén correlacionados entre sí.
Si te preguntas cómo construir una cartera de inversión, lo primero que debes hacer es definir tu perfil de inversor y tus metas. Cuanto más ambiciosos sean tus objetivos, más rentabilidad intentarás conseguir. No obstante, hay que ser realistas y establecer unas metas que no sean imposibles de cumplir. Hazte la siguiente pregunta: ¿qué rentabilidad quiero obtener y qué riesgo estoy dispuesto a asumir? Una vez tengas la respuesta, ten en cuenta los siguientes puntos:
En primer lugar, debes disponer de recursos suficientes. Puede parecer muy obvio, pero recuerda que no podrás utilizar el dinero que inviertas hasta el plazo de vencimiento (aunque depende de la liquidez del activo).
Es fundamental ser consciente de que es posible que no puedas utilizar esos fondos. Así pues, antes de empezar a invertir, es importante contar con un fondo de emergencia para poder pagar cualquier gasto imprevisto.
La liquidez es la facilidad con la que un activo puede convertirse en dinero. Por lo general, a menor liquidez, más rentabilidad puede conseguir el inversor. Por tanto, si puedes prescindir del capital invertido, puedes optar por productos financieros que sean menos líquidos y puedan darte una rentabilidad más alta.
¿Cuánto tiempo estás dispuesto a renunciar a tus ahorros? Si estás pensando en crear una cartera de inversión, no olvides hacerte esa pregunta. Para responderla, establece tus objetivos de inversión, y es que, no es lo mismo ahorrar para la jubilación que ahorrar para comprar una casa en dos años.
Desde un punto de vista financiero, es más recomendable establecer un horizonte temporal a largo plazo, pues las carteras de valores suelen ser más rentables en el largo plazo, sobre todo si están diversificadas. También puedes combinar activos con diferentes vencimientos para diversificar mejor tu cartera de valores.
Presta atención a los gastos vinculados porque si no los tienes bajo control, puede que no logres la rentabilidad que esperabas. Algunos de estos costes son las comisiones de los brókeres o las comisiones de los fondos de inversión.
Hay varios tipos de comisiones que puedes tener en tu cartera de inversión, como las de operaciones de compraventa, de mantenimiento, de gestión, por cobro de dividendos, etc. Además, si contratas asesores profesionales, también tendrás que pagar sus honorarios.
Por último, no te olvides de la fiscalidad de tu cartera de valores. Tendrás que pagar impuestos por la rentabilidad obtenida, aunque hay algunos productos de inversión más ventajosos que otros desde el punto de vista fiscal (como los Unit Linked). En cualquier caso, tu beneficio neto es el que obtienes después de pagar los gastos asociados y los impuestos por la rentabilidad obtenida.
¿Sabes qué es el payback o plazo de recuperación?
La renta variable no asegura una rentabilidad. Esto significa que si quieres hacer una cartera de inversión que te garantice una ganancia, debes tener activos de renta fija en tu cartera. A modo de ejemplo, si tu cartera de inversión está compuesta por las mejores criptomonedas según su capitalización y materias primas, deberías añadir algún producto de renta fija para equilibrar el riesgo total de la cartera y obtener una rentabilidad que conoces de antemano.
Una forma de hacerlo es con productos bancarios (depósitos a 3 meses, depósitos a 6 meses, etc.) e instrumentos de deuda pública que te den intereses. Recuerda que un mayor porcentaje de renta fija disminuirá el riesgo total de tu cartera de inversión.
Pero ¿qué banco da más intereses? En Raisin puedes comparar depósitos a plazo y cuentas de ahorro con una amplia variedad de rentabilidades.
Como ya hemos mencionado, la diversificación es esencial para alcanzar tus metas financieras, pero debe hacerse de manera correcta para que sea efectiva. Para tener una cartera de inversión diversificada, invierte en activos financieros que estén poco correlacionados entre sí. De esta manera, si hay una crisis, una recesión o un cisne negro, no reaccionarán igual.
Una cartera de inversión diversificada es aquella que combina activos de renta fija y variable, de diferentes áreas geográficas y sectores, e incluso denominados en más de una divisa. Por consiguiente, puedes usar parte de tu dinero para invertir en bolsa y en un fondo cotizado. Después, compensa el riesgo total de tu cartera con un depósito bancario y una cuenta remunerada.
Estos dos productos son de bajo riesgo: tienen un indicador de riesgo de 1 sobre 6 y hasta 100.000 € por depositante y banco están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos del país en el que los contrates.