Factor Investing: La inversión multifactor como estilo de inversión
El Factor Investing es una novedosa metodología de inversión que promete reducir el riesgo a la vez que se maximiza la rentabilidad potencial de una cartera. En este artículo, profundizamos en este concepto y presentamos sus pros y contras.
Índice
¿Qué es el Factor Investing?
El Factor Investing es un método de inversión que está teniendo un importante auge en la actualidad. Surge de la necesidad de invertir en Bolsa de una forma que no sea dependiente de un estilo concreto.
Durante los últimos años, se ha podido apreciar cómo no es fácil invertir de forma eficaz, ya sea de formas heterodoxas o en base a las doctrinas de las diferentes escuelas de inversión.
El Value Investing, por ejemplo, buque insignia de la inversión de calidad y a largo plazo, lleva demasiados años con unos resultados mediocres, mientras que el Growth Investing lo hace mejor.
Sin embargo, el Growth Investing lo ha hecho históricamente peor que el Value Investing, y no hay forma de saber si este extra en rentabilidad que ha obtenido en los últimos años será duradero en el tiempo.
Por lo tanto, ante esta incapacidad para utilizar estrategias de inversión eficientes en todo momento, surge el Factor Investing.
¿En qué se basa?
El Factor Investing intenta obtener una rentabilidad superior a la del mercado seleccionando valores de una forma sistematizada y que no dependa de las sensaciones, prejuicios o sesgos de un gestor en particular.
La idea es hacer inversiones “asépticas”, sin rasgo de emocionalidad, y que, por lo tanto, tengan menor riesgo de error humano.
Además, se busca invertir de forma que haya una buena diversificación en el número de valores que se compran, pero centrándose siempre en una serie de factores (de ahí el nombre) previamente definidos.
En cierto sentido, se trataría de poner el dinero en diferentes empresas que compartan unas características (factores) predefinidos. Así, se concentra la inversión en empresas que cumplan esos factores, pero se diversifica en multitud de estas empresas.
¿En qué factores se invierte?
Cualquier fondo o inversor puede considerar los factores que estime oportunos. Pero, en general, se tiende a elegir aquellos que han demostrado generar Alpha (es decir, rendimientos superiores a la media del mercado) durante un largo periodo de tiempo (generalmente, diez años).
Además, se intenta que los factores sean complementarios (u opuestos, como se quiera ver). Por ejemplo, Value vs. Growth o Momentum vs. Regresión a la media.
El objetivo de esto es tener empresas de todo tipo, con una gran diversificación según esos factores, de tal forma que, cuando el mercado castigue a las empresas Growth, nuestras acciones Value se vean premiadas (y de similar forma con todos los demás pares de factores que escojamos).
Dado lo anterior, es previsible que la inversión basada en el Factor Investing consiga una rentabilidad ligeramente superior (no demasiado) a la del mercado, pero con una volatilidad menor, porque las bajadas de ciertos factores se compensan con las subidas de sus factores opuestos.
¿Se reduce mucho el riesgo con el Factor Investing?
Lo cierto es que todavía no hay suficiente evidencia para responder a esa pregunta. Generalmente, se recomienda esperar diez años antes de empezar a considerar si una metodología de inversión es rentable o no. Y el Factor Investing aún no tiene tanto tiempo de vida.
Lo que sí podemos afirmar es que se trata de inversión en renta variable, y, por lo tanto, por mucho que se consigan limitar los riesgos, éstos siguen presentes. Incluido el riesgo de pérdida permanente de todo el capital.
En definitiva, el Factor Investing es una forma novedosa de inversión, que intenta limitar al máximo la influencia humana (con sus sesgos y prejuicios) en la toma de decisiones. Sin embargo, sigue siendo una inversión sujeta a riesgos, puesto que sigue siendo una inversión en renta variable.
¿Qué alternativas seguras tengo a este tipo de inversiones?
Para el inversor que no desea asumir riesgos y que considera suficiente obtener una rentabilidad superior a la inflación, existen alternativas con riesgo casi nulo. Es el caso de los depósitos a plazo.
Los depósitos a plazo están asegurados por los Fondos de Garantía de Depósitos de cada país, y, al invertir en ellos nuestro dinero, obtendremos una rentabilidad fija (la cual sabremos de antemano) con un riesgo prácticamente nulo.
Por supuesto, la rentabilidad no será tan alta como la que se podría conseguir con otros tipos de inversión más arriesgados. Pero lo que buscamos con una inversión de este tipo es, precisamente, reducir el riesgo al mínimo.
Por lo demás, hoy en día es muy fácil invertir en depósitos a plazo de toda Europa. No tenemos por qué limitarnos a utilizar los de nuestro país. A lo largo y ancho de Europa existen multitud de bancos ofreciendo unas condiciones muy buenas para sus clientes en este tipo de productos.