Todo sobre los distintos tipos de depósitos bancarios

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En la actualidad existen varios diferentes tipos de depósitos en el mercado financiero nacional e internacional. A continuación, te mostramos todas sus características. Elegir un depósito ahora es una tarea sencilla.

En pocas palabras
  • Existen diferentes tipos de depósitos: a la vista, estructurados, a plazo, con remuneración en especie, CIALP o de interés variable.

  • Para elegir uno, debes tener en cuenta tu perfil del inversor, es decir, qué riesgo y beneficio buscas.

  • Los estructurados son los más complejos, y los depósitos a la vista los más líquidos.

  • Si eres un inversor conservador y buscas un producto de ahorro de bajo riesgo y rentabilidad competitiva, elige un depósito a plazo de un banco europeo.

¿Qué tipos de depósitos bancarios existen?

Según afirma el boletín de la CNMV, los depósitos bancarios son el producto de ahorro preferido por los españoles. A continuación puedes ver los distintos tipos de depósitos bancarios que existen:

Depósitos a plazo

Los depósitos a plazo, también llamados depósitos a plazo fijo o imposiciones a plazo fijo, tienen una finalidad de ahorro. El depositante entrega una determinada cantidad de dinero a la entidad bancaria y se compromete a no retirarla durante un tiempo establecido. Es uno de los tipos de depósitos favoritos de los españoles, ya que es un producto de bajo riesgo con el que generar una rentabilidad.

Transcurrida la fecha de vencimiento, la entidad devuelve el capital junto con los intereses pactados al ahorrador. A efectos prácticos, es como un préstamo que el ahorrador hace al banco a cambio de un tipo de interés previamente acordado. Ten en cuenta que si necesitas acceder a tu dinero antes del plazo de vencimiento, puede que la entidad te cobre una comisión, por lo general, devolver parte o todos los intereses.

Depósitos a la vista

De todos los tipos de depósitos bancarios que hay en el mercado actual, el depósito a la vista, también conocido como cuenta corriente, cuenta de ahorro o cuenta bancaria, es un instrumento financiero líquido utilizado a diario, ya que permite disponer del dinero depositado en cualquier momento.

Es un depósito sencillo que suele tener pocos requisitos de apertura. Su objetivo no es proporcionar rentabilidad al ahorrador, sino actuar como soporte operativo para realizar distintas operaciones como ingreso en cuenta, pagos, transferencias, domiciliación de recibos o sacar dinero en cajeros automáticos.

Normalmente, estos tipos de depósitos cobran comisiones de administración, mantenimiento, por descubiertos en cuenta o por hacer transferencias. No obstante, la mayoría de entidades financieras ofrecen algunas ventajas si se domicilia la nómina o un cierto número de recibos bancarios.

Depósitos con remuneración en especie

Con el objetivo de captar clientes, algunas entidades ofrecen una remuneración en especie en lugar de intereses en metálico. Estos regalos varían desde un robot de cocina, hasta un televisor, pasando por una videoconsola, una vajilla o un balón de fútbol. 

Este es otro de los tipos de depósitos bancarios en el que el depositante se compromete a mantener su capital depositado durante el plazo estipulado en el contrato. Si decidiese rescatarlo antes, tendría que abonar una penalización, generalmente, equivalente al precio del regalo. 

Cabe señalar que la rentabilidad de los depósitos en especie, aunque sea un producto físico, está sujeta al pago de impuestos en la declaración de la Renta. La entidad financiera debe informarte de su valor y de la retención a cuenta practicada.

Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo (CIALP)

Los CIALP o cuenta individual de ahorro a largo plazo es un tipo de depósito bancario que nació en 2015 junto a los SIALP (seguros individuales de ahorro a largo plazo) con la finalidad de fomentar el ahorro. Mientras que los CIALP son comercializados por los bancos, los SIALP son gestionados por las aseguradoras. También son conocidos como Plan de Ahorro 5. 

Para poder disfrutar de las ventajas fiscales de los CIAL o SIALP, debes cumplir con una serie de condiciones:

  • El rescate de los fondos no puede realizarse antes de los cinco años. 
  • La aportación máxima es de 5.000 euros por contribuyente.
  • No puedes adquirir ambos productos. 

Depósitos a interés variable

En este tipo de depósito bancario el ahorrador no conoce de antemano la ganancia que va a recibir por su dinero, ya que la renta es variable. La mayoría de los bancos que comercializan este tipo de depósitos bancarios ofrecen la rentabilidad del euríbor más un diferencial fijo.

Depósitos estructurados

Este es el producto de ahorro más complejo de la lista de los distintos tipos de depósitos bancarios, y está dirigido principalmente a inversores moderados (riesgo medio) o inversores agresivos (riesgo alto), que desean exponerse a activos o incluso a mercados de difícil acceso.

Igualmente, un depósito estructurado es la suma de dos productos financieros: un depósito a plazo fijo y un producto de inversión de renta variable. Por este motivo, los rendimientos de los depósitos estructurados dependen en mayor o menor medida del producto de inversión subyacente, como los índices bursátiles, las materias primas o la cotización de las acciones de una empresa.

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  • Paso 1: Abre tu Cuenta Raisin en Raisin Bank AG. Haz clic en Hazte cliente y completa el proceso de registro. Lo puedes hacer fácilmente desde tu móvil con la app de Raisin. Descárgala o escanea el código QR.

  • Paso 2: Compara plazos y rentabilidades. Elige el depósito que más se adapte a ti.

  • Paso 3: Transfiere fondos a tu Cuenta Raisin. Después, el dinero se transferirá automáticamente al depósito que hayas seleccionado.
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Este tipo de depósito bancario es de bajo riesgo, en concreto, tiene un indicador de riesgo de 1 sobre 6. Además, el dinero está protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos nacional hasta 100.000 euros por depositante y banco.