El ahorro no es precisamente una de las principales virtudes de los hogares españoles. En el año 2017, los hogares españoles consumen más de un 92% de su renta disponible y solo ahorran un 7,73% de esta. España tiene la posibilidad de desarrollar su potencial, dado que en materia de educación financiera el 25% de los alumnos españoles (de 15 años de edad) suspende el examen, según los resultados de Pisa de 2015.
¿Cómo evitar esto? Inculcar un fuerte interés por las finanzas y sobre todo por el ahorro, es clave. En el segundo de los casos, aprendemos a practicar el ahorro cuando nos independizamos y tenemos que hacernos cargo de nuestros propios gastos. Entonces, si no queremos esperar a que nuestros hijos lleguen a esa edad ¿cómo hacer que practiquen el ahorro desde jóvenes?
1. Explicar por qué es importante el consumo responsable
El derroche y el ahorro son incompatibles. Las compras compulsivas o la falta de planificación impide alcanzar un objetivo ambicioso de ahorro. Enseña a los niños que, cuando quieran comprar algo sean plenamente conscientes de si realmente lo necesitan o no. En la mayoría de las ocasiones el interés por encajar o las modas, hacen nuestros hijos se decanten por productos simplemente por el mero hecho de que “todos mis amigos lo tienen”. No hay que establecer barreras a todos los gastos, pero sí explicar el efecto del derroche del presente, en el futuro: lo que implica no poder gastar ahora o más adelante, por haber gastado demasiado en el pasado.
2. Acordar una paga
Una paga es una responsabilidad, lo que implica un paso de entrada a la madurez. No hay cosa que entusiasme más a un hijo que sentirse importante. Conceder a tus hijos un dinero que puedan gestionar, representa para ellos un gesto de confianza. Una pequeña paga semanal ajustada a su consumo, obliga a que tu hijo administre de la mejor forma posible sus recursos si quiere mantener su ritmo. Al principio es normal que despilfarren, pero si sus recursos se limitan a la paga, sin extras, ellos mismo se darán cuenta de que hay que pensar cuándo y cómo gastar el dinero. En el momento en que deseen un capricho grande, serán más conscientes de que tienen que ahorrar a largo plazo.
3. Premiar con incentivos
Además del propio aprendizaje y distribución que desarrollen los niños, es necesario que incentives y guíes a tus hijos. No hay mejor forma de ilustrar el efecto de la inversión, que con una rentabilidad sobre el ahorro de su paga. Si consigue ahorrar un importe a final del mes, podremos premiarle con un incentivo proporcional a la cantidad ahorrada o incluso dar un bonus por no haber gastado nada. De esta forma, el niño tendrá un incentivo añadido para ahorrar parte de su paga y poder comprar lo que quiere cuando llegue el momento.
4. Reforzar positivamente
A todos nos gusta que nos feliciten cuando hacemos algo bien y a los niños, todavía más. Practica el refuerzo positivo y felicita a tus hijos si han conseguido su objetivo. Si tienes oportunidad, reconoce sus méritos delante de otras personas sin infantilizar sus logros. Esto hará que asocien el ahorro a reconocimiento, algo positivo que provocará que les motivará a seguir por la senda del ahorro.
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