28.04.2021 | 4 minutos de lectura | Imprimir artículo

¿Cuál es el futuro de la banca? La banca online se abre paso

Las sucursales bancarias han sido tradicionalmente el principal, y en ocasiones único, canal de comunicación entre la banca y sus clientes. Sin embargo, las nuevas generaciones, auténticos nativos digitales, están cambiando por completo toda actividad, y la banca no iba a ser una excepción.

Los bajos tipos de interés y la necesidad de recortar costes operativos, unido al entorno de crisis sanitaria actual, está acelerando la digitalización de la industria bancaria. La banca online se está abriendo paso a pasos agigantados, y todo apunta a que será el principal canal de comunicación (y quién sabe si único) entre las entidades y los clientes en muy pocos años.

Banca más digital

Hace muy pocos años, acciones tan cotidianas como hacer una transferencia, contratar un préstamo o invertir en fondos de inversión o depósitos a plazo fijo exigían la presencia física del cliente en una sucursal bancaria. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, estas operaciones se pueden llevar a cabo de forma 100% online, algo que sin duda están aprovechando los usuarios.

De hecho, el 70% de los clientes afirma que realiza online todas sus gestiones financieras, según el ‘IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente’, realizado por Rastreator.com. Este porcentaje aumenta cuando hablamos de personas jóvenes y nativos digitales, especialmente en el grupo de edad de entre 25 y 34 años, que son los usuarios más activos.

El sector se ha dado cuenta de este cambio de paradigma y está acelerando su transformación digital, especialmente en este contexto de pandemia. Ya ha invertido en tecnología e innovación 1.629 millones de euros, un montante que supone el 8,9% de las inversiones realizadas por todas las empresas españolas en esos conceptos.

El mundo no es ajeno a esta transformación. Así lo demuestran estudios como el realizado por la consultora Juniper Research denominado ‘Retail Banking: Digital Transformation & Disruptor Opportunities 2017-2021, donde se confirma que el uso de la banca digital continuará aumentando en los próximos años. De hecho, en 2021 se prevé que casi la mitad de la población mundial (en torno a 3.000 millones de personas) utilicen la banca online como su principal canal de comunicación y operativa bancaria.

La consolidación de las fintechs: nuevos actores con beneficios para los usuarios

Los consumidores optan cada vez más por los bancos que ofrecen servicios digitales rápidos y multicanales, pero la industria en su conjunto parece haberse quedado atrás, especialmente con respecto a otros actores que han aparecido de forma fulgurante, como las fintechs.

Son empresas digitales que aplican nuevas tecnologías a actividades financieras y de inversión, y que mejoran o amplían la experiencia de cualquier cliente bancario. Sin embargo, a diferencia de los bancos, cuentan con un marco regulatorio mucho más flexible, lo que les permite innovar de una forma mucho más rápida.

Este es el caso de Raisin, una plataforma que permite contratar depósitos a plazo fijo o cuentas de ahorro de entidades europeas, con las mismas garantías y seguridad que en España, pero con una remuneración mucho más atractiva.

Open banking: un nuevo paradigma abierto con el cliente en el centro

La rápida consolidación de las fintechs y la necesidad cada vez mayor de los bancos de competir con ellas han impulsado nuevos modelos bancarios digitales basados en la cooperación. Sin duda, la disrupción más importante es la banca abierta (u open banking), un sistema que garantiza la apertura de la infraestructura de los bancos para que terceros puedan utilizarla y así ofrecer servicios de mayor calidad al cliente.

Esta nueva realidad ha sido posible gracias a normativas como la PSD2 (Directiva de Servicios de Pago), que ha sido parcialmente traspuesta a la legislación española. Su objetivo no es otro que el de regular la apertura de diferentes servicios bancarios, garantizando la seguridad de las transacciones y la privacidad del cliente.

Gracias a este nuevo modelo, cualquier persona o empresa tercera puede desarrollar aplicaciones que utilicen los datos del cliente y la información bancaria, siempre bajo su autorización. Los más relevantes son los servicios de agregación de cuentas (AIS), y los servicios de información de pagos (PIS).

Una auténtica revolución que cambiará aún más si cabe el devenir de la industria financiera y bancaria actual. Quién sabe si, en un futuro próximo, las sucursales bancarias habrán pasado a la historia, y todas las operaciones se llevarán a cabo desde un teléfono móvil.