14.12.2020 | 5 minutos de lectura | Imprimir artículo

El rally alcista del oro

Después de alcanzar un máximo histórico y superar en agosto los 2.000 dólares por onza por primera vez en su historia, el oro ha continuado una senda de crecimiento sin precedentes. Este año, el metal precioso por excelencia ha subido más de un 20%, en un rally que se explica por la crisis de la covid-19 y la incertidumbre que se ha generado en los mercados financieros mundiales, y que consolida la percepción de este activo como principal valor refugio.

Sin embargo, el coronavirus no es la única causa que explica el rally alcista del oro. Existen otros factores igualmente importantes que han influido en que nos encontremos en esta situación.

El oro como valor refugio en tiempos de incertidumbre

En 2011, el oro alcanzó un nuevo máximo histórico al situarse en 1.873 dólares la onza. En aquel momento, las dudas en torno a la viabilidad del euro, la crisis de deuda soberana y los primeros programas de flexibilización cuantitativa (QE) fueron el detonante para que los inversores apostasen por el oro como valor refugio, especialmente por las tensiones económicas a las que estaba sometida la deuda pública de los países con mayor rating.

Desde entonces, el precio del oro se ha mantenido más o menos estable entre 1.200 y 1.400 dólares la onza, en un contexto de tendencia alcista en los mercados financieros. El año 2020 también comenzó del mismo modo, hasta febrero, mes en el cual su precio alcanzó los 1.606 dólares la onza.

La abrupta caída de los mercados financieros mundiales del mes de marzo estuvo totalmente descorrelacionada del precio del oro, comenzando su rally alcista. En abril, su precio escaló hasta los 1.753,60 dólares la onza, superando los 1.800 y 1.900 dólares en junio y julio, respectivamente, y alcanzando su máximo histórico el 6 de agosto, donde su precio llegó hasta los 2.069,40 dólares la onza.

Más que una pandemia: las tensiones monetarias y geopolíticas que explican el aumento de la cotización del oro

Según la mayoría de expertos, los mercados estaban descontando dos futuras subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, algo que finalmente no ha sucedido. En su última reunión, la Fed ha prometido al menos tres años más de tipos de interés cercanos a cero, al menos hasta que la tasa de paro baje por debajo del 5%, y siempre que la inflación no supere el 2%.

Esta política monetaria expansiva de la Reserva Federal está provocando una gran depreciación de su moneda, que ha perdido casi el 10% de su valor desde el máximo registrado en marzo. A su vez, un dólar débil ha beneficiado la cotización de las materias primas, sobre todo del oro, con el que históricamente ha tenido una correlación negativa. Hay que recordar que el dólar compite con el oro como principal activo refugio, y el hecho de que su cotización haya caído de manera drástica explica en cierto modo que muchos inversores hayan canalizado su capital hacia el oro.

Además, esta situación provoca que el oro se compre más barato, ya que se paga en dólares. Si la moneda estadounidense se abarata, el precio del oro también lo hace, lo que contribuye a impulsar su demanda y, por tanto, impulsa su cotización al alza.

Por último, no hay que olvidar los intereses de Estados Unidos en el exterior. La escalada en las tensiones geopolíticas también ha sido uno de los detonantes de este ascenso fulgurante en la cotización del oro. La imprevisibilidad en las políticas de Donald Trump, con la guerra de Siria y la situación de Corea del Norte en el foco pero, sobre todo, con la guerra comercial con China, han hecho que muchos inversores teman a toda una guerra fría que podría desencadenar un conflicto todavía mayor.

Un contexto favorable para el oro

Todos estos factores hacen que el contexto actual sea favorable para la subida en la cotización del oro. Mientras dure este temporal, cada vez más inversores podrían comprar el oro como refugio, llevando los precios encima de los 2.000 dólares la onza, pudiendo llegar incluso hasta los 2.100 o 2.200 dólares la onza, según algunos analistas.

En un contexto de bajos tipos de interés, que incluso han sido negativos en algunos casos, y de incertidumbre generalizada a causa de la covid-19, los inversores están recurriendo a otros medios para compensar el riesgo de la renta variable y el oro es una de las opciones. Su futura cotización dependerá en buena medida de que todos estos catalizadores continúen vigentes, algo que se descuenta al menos para 2021, lo que puede hacer continuar el rally del oro durante al menos un año más.