14.12.2020 | 5 minutos de lectura | Imprimir artículo

¿Es un buen momento para constituir una cartera de fondos?

La crisis sanitaria está provocando uno de los momentos de mayor volatilidad bursátil que se recuerda. A la abrupta caída sufrida por los mercados en el mes de marzo se le suma ahora la incertidumbre económica, especialmente por las dudas en torno a la comercialización de una futura vacuna que, en teoría, debería acabar con el SARS-Cov-2.

Esta situación ha provocado una huida masiva de capitales de fondos hacia productos que proporcionen una mayor seguridad. Según datos de Inverco, la asociación de Instituciones de Inversión Colectiva, a fecha de agosto se habían producido reembolsos en fondos de inversión por valor de casi 1 billón de euros en todo 2020.

Por eso, es razonable pensar si este es o no un buen momento para constituir una cartera de fondos de inversión. Pues bien, la respuesta es sí o, cuando menos, depende.

Ni la renta fija se libró: la tormenta perfecta de los primeros meses del año

No ha habido prácticamente ningún activo que se haya librado de la sangría bursátil de los meses de febrero y marzo. La renta variable sufrió en exceso, pero la renta fija no se quedó atrás. Si el inversor buscaba refugio en valores más o menos seguros, al menos en teoría, la Covid-19 provocó una tormenta perfecta que tuvo un impacto importante en la valoración de todo tipo de activos.

En estas circunstancias, la renta fija ha dejado de ser un tipo de activo seguro que siempre proporcionaba rentabilidades positivas, sobre todo por una mezcla de varios factores que convergieron en un mismo momento: valoraciones altas, dudas respecto al repago de las deudas por el efecto de la crisis económica e iliquidez de mercado.

A todo ello se le suma un entorno de bajos tipos de interés que previsiblemente durará varios años. No parece haber oportunidades de inversión interesantes a corto plazo, y parece claro que los inversores ya no pueden recurrir a la renta fija para proteger su patrimonio.

Buenas oportunidades de compra y enfoque en el largo plazo

La fuerte corrección vivida en los mercados ha brindado buenas oportunidades de compra para los inversores. Sin embargo, el VIX, un índice que mide la volatilidad de las opciones del mercado de Chicago, y que sirve como referencia para medir la volatilidad del mercado en general, todavía está por encima de 20, y por eso la inversión a corto plazo es aún demasiado arriesgada.

En cualquier caso, está demostrado que, a largo plazo, el riesgo se reduce de manera significativa. Tanto es así que, en periodos superiores a los diez años, ningún inversor ha perdido dinero con la renta variable global. En el caso del S&P 500, las rentabilidades mínimas y máximas anualizadas en cualquier periodo de entre 1915 y 2015 han sido las siguientes:

La interpretación de esta tabla es la siguiente: a 1 año, la diferencia entre la rentabilidad mínima y la rentabilidad máxima del S&P 500 a lo largo de su historia es muy alta. Es decir, podemos ganar mucho dinero, pero también perderlo. Sin embargo, esta volatilidad se va reduciendo conforme ampliamos el horizonte temporal. Así, a 10 años, es difícil perder dinero y ya a 20 y 30 años, la rentabilidad mínima anualizada es, incluso, bastante interesante.

Por esta razón, da igual cuando inviertas si lo haces con un enfoque de largo plazo. La volatilidad se reduce, incluso en renta variable, y se puede aprovechar todo el potencial del S&P 500.

Los fondos de inversión: la alternativa perfecta para momentos de incertidumbre

Pero vayamos un paso más allá. Haciendo buena la máxima de que rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras, la experiencia vivida de las inversiones no debe servir como base para acometer inversiones en el futuro. Las acciones de una sola empresa que hayan tenido un buen comportamiento en el pasado pueden hacernos creer que siempre van a crecer, pero no tiene por qué ser así.

Hay algunos productos que funcionan mejor que otros en circunstancias adversas del mercado y con un enfoque a largo plazo, proporcionando toda la diversificación y la capacidad de gestión de activos que nos hace falta en estos tiempos. Estos son los fondos de inversión, un producto a través del cual se compone una cartera de activos que se puede ajustar perfectamente a nuestro perfil de riesgo como inversores.

Además, son instrumentos ideales a nivel fiscal, ya que permiten traspasar las inversiones sin tener que pasar por Hacienda. Por todas estas razones, ahora es buen momento (y, en realidad, en cualquier momento) para constituir una cartera de fondos de inversión.