Cómo rentabilizar los ahorros: guía completa

Cuando observamos que el capital de nuestra cuenta corriente aumenta es normal preguntarnos qué hacer con ese dinero. El dilema suele ser si debemos sacarle partido a estos ahorros o si, por el contrario, los dejaremos reposando en la cuenta corriente. 

En este sentido, hay varias razones de peso para rentabilizar esos ahorros y no dejarlos parados en el banco sin apenas rentabilidad.

• Inflación: Por una parte, uno de los motivos más importantes es la pérdida de valor del dinero causada por la inflación. La inflación se refiere al aumento generalizado de los precios, que acontece de manera normal en la gran mayoría de las economías. 

Este hecho hace que nuestros ahorros también pierdan su valor, ya que con la cantidad que tenemos ahorrada hoy, seremos capaces de comprar menor cantidad de bienes y servicios en el día de mañana. Por lo tanto, si queremos que nuestros ahorros mantengan su valor deberíamos saber cómo rentabilizar nuestros ahorros de manera que los intereses que nos produzcan, al menos, igualen la inflación de nuestro país.

• Pensar en tu futuro: el envejecimiento de la población y la inversión de la pirámide poblacional está poniendo en riesgo el sistema de pensiones actual. Por esta razón, conviene crear un patrimonio personal lo suficientemente grande que nos asegure una jubilación digna. El ahorro y la inversión son dos herramientas totalmente necesarias para alcanzar este objetivo. El ahorro nos permitirá acumular suficiente capital para invertir y la inversión nos permitirá rentabilizar y aumentar aún más nuestros activos para contar con suficientes recursos al llegar a la vejez.

Aunque es cierto que casi cualquier persona con una conexión a Internet es capaz de invertir, hay ciertas condiciones que el ahorrador debería cumplir.

Contar con el dinero: en primer lugar, y aunque pueda parecer demasiado obvio, hay personas que se lanzan a invertir pidiendo dinero prestado pensando en un retorno de la inversión seguro. Esta es una de las peores prácticas a la hora de invertir, ya que cualquier operación de inversión está sujeta a riesgo, por muy pequeña que sea la posibilidad.

Asimismo, el hecho mismo de que tengamos que devolver el dinero que vamos a invertir hará que busquemos operaciones más rentables y, por consiguiente, más arriesgadas, dejándonos solo con deudas en el peor de los casos.

Así pues, a la hora de rentabilizar los ahorros, estos deberían provenir de fondos propios. En el caso de que no dispongamos de ahorros, siempre podemos hacerlos crecer siguiendo alguno de estos métodos de ahorro.

Reservar un fondo de emergencia: además de contar con el dinero para invertir, deberemos reservar parte de nuestros ahorros para casos de extrema necesidad. Y es que los imprevistos suceden cuando menos te lo esperas: una avería en tu vehículo particular, gastos médicos imprevistos, desempleo, etc. Este monto de dinero habría que reservarlo en un producto bancario sin penalización por cancelación o en una cuenta de ahorro con disponibilidad inmediata.

Por lo tanto, antes de rentabilizar nuestros ahorros, es de vital importancia contar con un colchón de seguridad que nos permita afrontar gastos imprevistos que se puedan presentar sin tener que recurrir a endeudarnos. Para ello, es recomendable reservar una cantidad tal que sea el equivalente a nuestros gastos fijos de entre 3 y 6 meses.

Conocer tu perfil: otros de los puntos a tener en cuenta antes de pensar cómo rentabilizar los ahorros es reflexionar sobre los objetivos y los riesgos que estamos dispuestos a tomar a la hora de invertir nuestro dinero.

Pero, antes de ello hay que entender el binomio rentabilidad-riesgo, en el que tendremos que dar preponderancia a alguna de las dos variables, ya que están correlacionadas. A menor riesgo menor rentabilidad de un producto financiero y viceversa. Por lo tanto, tendremos que tener en cuenta nuestra meta final y nuestra propia aversión al riesgo. Sobre todo, partiendo de la base de que en economía el riesgo cero no existe.

Por esta razón, si nuestro objetivo simplemente es mantener el valor de nuestros ahorros y no queremos correr el peligro de perderlos nos decantaremos por productos conservadores. Al contrario, si lo que queremos es rentabilizar nuestros ahorros al máximo y no nos importa asumir riesgos, elegiremos productos de carácter más agresivo. Por supuesto, se puede elegir una posición intermedia seleccionando una cartera de instrumentos financieros más variados. 

Entender los conceptos básicos: para empezar a invertir también tendremos que dedicar nuestro tiempo al estudio y a tratar de entender cómo funcionan los diferentes productos financieros.

Esta práctica nos ayudará a decidir cómo rentabilizar los ahorros de la mejor manera mediante la elección del producto financiero que más se ajuste a nuestro perfil. Por lo tanto, deberíamos entender a la perfección ciertos conceptos financieros como riesgo, tipo de interés, volatilidad, vencimiento entre muchos otros y estudiar con detenimiento las condiciones de los activos financieros que queramos contratar.

La estrategia ideal para un inversor novel sería alejarse de aquellos productos que requieran una mayor comprensión del mercado y del producto en sí, al tener una mayor volatilidad y riesgo inherente. Por esta razón, entre la infinidad de tipos de inversiones posibles, es mejor centrarse en aquellos de baja complejidad y bajo riesgo.

• Fondos de inversión: en este tipo de producto financiero una organización con perfil profesional se encarga de elegir la cartera de inversiones para rentabilizar tus ahorros. Hay muchos perfiles de fondos de inversión, desde los más conservadores hasta los arriesgados dependiendo de la naturaleza de sus inversiones, variando también su rentabilidad esperada.
  Con tal de conocer el nivel de riesgo al que nos exponemos nos fijaremos en el Synthetic Risk Reward Indicator (SRRI). Este índice oscila entre 1 (menor riesgo posible) y 7 (mayor riesgo), por lo que es conveniente elegir aquellos con bajo índice SRRI para rentabilizar nuestros ahorros y no ponerlos en peligro.
• Renta fija: una organización que precisa de financiación emite títulos de deuda que pueden ser adquiridos por ahorradores. A cambio de prestarle cierta cantidad de dinero, el emisor de la deuda paga al tenedor del título el monto prestado más unos intereses a un tipo de interés que puede ser fijo o variable.
  El riesgo radica en la solvencia y la liquidez misma del emisor, ya que este puede verse incapaz de devolver el dinero. Para cerciorarse de su capacidad financiera existen agencias de calificación de deuda que indican cuan seguro es un activo de renta fija.
• Depósitos a plazo fijo: con este método, el ahorrador deposita cierta cantidad de dinero en una entidad financiera durante un determinado periodo de tiempo a cambio de unos intereses conocidos de antemano.
  La seguridad de este activo financiero es muy alta dado que está garantizada su devolución hasta los 100.000 euros por cliente y banco por el Fondo de Garantía de Depósitos. Además, en Raisin puedes encontrar depósitos de toda Europa para rentabilizar tus ahorros.
• Cuentas de ahorro: este tipo de activo financiero es el que menos riesgo entraña de todos, ya que en cualquier momento puedes retirar tus ahorros o, por el contrario, hacer más aportaciones. Por supuesto, también implica una menor rentabilidad, pero a cambio de una mayor flexibilidad.