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Seguro que has escuchado alguna vez hablar del aval bancario, pero ¿sabes qué es? Sigue leyendo y descubre con Raisin cómo funciona, para qué sirve y, lo más importante, cómo puedes conseguirlo.
Es un documento en el que un banco reconoce que cumplirá con una obligación de pago. En él se detallan avalado, beneficiario, obligación y cantidad de dinero.
Hay diferentes tipos: solidario, simple e independiente. También se pueden clasificar en económico y técnico.
Intervienen tres partes: banco (avalista), cliente (avalado) y beneficiario (la persona que recibirá el dinero).
Antes de pedir uno, intenta ahorrar con productos como depósitos y cuentas de ahorro para poder acceder a más avales.
Un aval bancario es una garantía de que el banco, el avalista, cumplirá con la obligación del avalado, normalmente el cliente, en caso de que el avalado no lo haga. O dicho de otro modo, es cuando un banco responde ante un tercero en caso de impago. Así, el banco responde en nombre del solicitante del aval si este último no puede pagar a otra persona la cantidad de dinero acordada.
Por lo general, esa garantía hace referencia a un montante, esto es, una cantidad de dinero concreta. Sin embargo, también pueden haber avales que garanticen otras obligaciones, como la participación en concursos y licitaciones, la entrega de materiales de obra, etc. Por tanto, un aval bancario sirve para cumplir una obligación de una persona hacia otra.
Existen diferentes tipos de aval bancario y diferentes formas de clasificarlos. Por un lado, según las facultades del beneficiario del aval frente al avalista hay tres tipos:
Solidario: cuando el pago se puede reclamar a cualquiera de las otras partes (avalado o avalista).
Simple: si el beneficiario no recibe el pago, debe solicitarlo al avalado y, de no recibirlo, al banco.
Independiente: cuando el beneficiario reclama el pago directamente al avalista, y este debe aceptarlo.
Por otro lado, según la naturaleza de la obligación garantizada hay dos tipos:
Económico: tanto el cliente como el banco (avalado y avalista) deben dar el montante al beneficiario en una fecha concreta.
Técnico: el avalado debe cumplir algunos requisitos. Ese es el aval bancario que suele pedir la Administración Pública.
También se pueden clasificar según su duración: de plazo determinado, cuando se muestra el plazo exacto en el texto del aval, y de plazo indeterminado, cuando el aval se termina cuando lo hace la obligación de pago.
El funcionamiento del aval bancario es muy simple, ya que solo intervienen tres partes:
La entidad bancaria (avalista).
El cliente (avalado).
El beneficiario (la persona que recibe el dinero del banco cuando el cliente no cumple con su obligación de pago).
Vistas las partes que intervienen, solo hay que encontrar una entidad bancaria que ofrezca el aval bancario.
Normalmente, estos son los requisitos de los bancos para conseguir un aval bancario:
Ser cliente de la entidad bancaria en la que se quiere solicitar un aval bancario. El banco analizará tu solvencia y los fondos que tienes en tu cuenta corriente o cuenta de ahorro. O en otras palabras, las entidades valoran tu capacidad económica, salario y deudas.
Facilitar toda la información necesaria. Por ejemplo, si el aval bancario es para alquilar un apartamento, necesitarás entregar copia del DNI, contrato de alquiler y los datos de la propiedad y del propietario.
Establecer un periodo de duración y un plazo de vencimiento.
Firmar el aval bancario ante notario.
Un aval bancario no es gratis, tendrás que pagar una comisión a la entidad. Esta comisión depende de la entidad bancaria, e incluye el análisis de tu solvencia económica, la apertura del producto y una comisión por riesgo. Además, ten en cuenta que también tendrás que pagar por la escritura pública y por el notario en el momento de la formalización.
En cualquier caso, el precio final del aval bancario dependerá del riesgo que asuma la entidad bancaria, lo que a su vez depende del montante y del plazo de devolución.
Antes de pedir un aval bancario, es imprescindible que analices todas las comisiones que tendrás que pagar por solicitarlo, ya que pueden llevarse un buen pellizco de tus ahorros. Solo así, evitarás tener que endeudarte para hacer frente a todas las comisiones.
Por último, intenta ahorrar al máximo antes de pedir un aval bancario. De esta forma, podrás acceder a los avales de más entidades bancarias al tener más solvencia. Una forma de hacerlo es a través de productos de ahorro como los depósitos a plazo fijo, las cuentas de ahorro y las cuentas remuneradas que te dan intereses por tus ahorros.
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