Todas las empresas, especialmente al inicio de su actividad, deben realizar ciertas inversiones para poder funcionar de manera adecuada. La compra de estos bienes, que también se conocen como inmovilizado, se planifica a través de un presupuesto de inversión, donde se detallan todas las adquisiciones que requiere una empresa para reunir las condiciones necesarias a fin de llevar a cabo sus actividades de forma óptima.
Es un plan para adquirir bienes y servicios que permitan que una empresa pueda llevar a cabo sus actividades correctamente.
Se diferencian dos tipos de inversión: fija, que son los bienes materiales, por ejemplo, terrenos y maquinaria; y diferida, que son los bienes inmateriales o servicios, como el pago de permisos.
Sirve para aumentar la productividad de una empresa y facilitar la toma de decisiones estratégicas. Además, le ayuda a alcanzar sus objetivos y a que sea más rentable y competitiva.
Para hacer un presupuesto de inversión hay que establecer las metas, pronosticar ventas, ingresos y bienes, presupuestar los gastos y definir el capital de trabajo. También tendrás que hacerle un seguimiento y ajustarlo si es necesario, así como adaptarlo a todos los departamentos de la empresa.
Un presupuesto de inversión es un documento donde se reflejan todas las inversiones que una empresa hace para poder ejercer su actividad de forma correcta, es decir, todos los bienes y servicios que la empresa necesita adquirir.
Es un sistema que permite a la dirección planear y controlar el alcance estratégico de la compañía a través de sus inversiones, que tienen una importancia capital en la generación de ingresos y de flujo de efectivo.
En función de su contribución a la actividad de la compañía, se diferencian dos tipos de inversión: fija y diferida.
Es conocida como formación bruta de capital fijo, y básicamente son los elementos tangibles necesarios para que la empresa lleve a cabo su actividad. Son, por ejemplo, los terrenos, las instalaciones, la maquinaria, los edificios, los equipamientos informáticos o de transporte, entre muchos otros.
A nivel contable, la inversión fija se materializa en los activos fijos o a largo plazo, que se van amortizando al computar como gasto en cada ejercicio.
La inversión diferida son los bienes y servicios intangibles que son indispensables para el desarrollo del negocio, pero que, a diferencia de la inversión fija, no influyen directamente en la producción.
Entre ellos se encuentran los gastos de constitución, organización e instalación de la sociedad, el pago de permisos, licencias o derechos requeridos por las autoridades, los seguros o la financiación directamente relacionada con el negocio.
El presupuesto de inversión debe contener todos los elementos necesarios para reflejar el plan de inversión tanto a corto como a largo plazo. De esta manera, garantiza la actividad de la compañía en las mismas condiciones en todo momento, aumenta su productividad y facilita la toma de decisiones estratégicas por parte de sus responsables.
Además, al utilizarlo de manera eficiente, contribuye a cumplir con los objetivos empresariales, permite identificar señales de advertencia y ayuda a transformar y modernizar la empresa en una más productiva, rentable y competitiva.
Un presupuesto de inversión se puede estructurar en hasta siete puntos: