¿Qué es un seguro de vida y cómo funciona?

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Si estás pensando en contratar un seguro de vida y quieres entender mejor cómo funciona, qué cubre y los tipos de seguros de vida que hay, has llegado al lugar indicado. En este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre este tipo de seguro de ahorro pensado para tus familiares. ¡Sigue leyendo!

En pocas palabras
  • Es un tipo de seguro de ahorro en el que el asegurado paga una prima única o varias primas periódicas para obtener una cobertura en caso de fallecimiento, invalidez o enfermedad grave. También sirve para tener servicios médicos y cubrir accidentes de tráfico.
  • Si el asegurado fallece o tiene una incapacidad o enfermedad grave, los beneficiarios de la póliza reciben una cantidad de dinero previamente pactada. Esta indemnización depende de las coberturas y condiciones establecidas en el contrato.
  • Tiene cuatro agentes: el tomador; el asegurado, que suele ser el tomador; la aseguradora; y el beneficiario o beneficiarios.
  • Existen los siguientes tipos: seguro de vida riesgo, seguro de vida entero, seguro de vida temporal y seguro de vida ahorro.

Qué es un seguro de vida

Un seguro de vida es un tipo de seguro de ahorro en el que el titular paga unas primas periódicas o una prima única a una aseguradora para tener una cobertura en caso de fallecimiento, invalidez o enfermedad grave. Por lo general, las primas dependen de varios factores como la edad, el estado de salud del titular, las coberturas pactadas y la indemnización.

Es decir, en caso de fallecimiento o incapacidad del titular, los beneficiarios de la póliza reciben una cantidad de dinero previamente acordada en concepto de indemnización. Por tanto, es una protección o garantía económica para los seres queridos del titular.

Cómo funciona un seguro de vida

Un seguro de vida funciona como cualquier otro seguro de ahorro. El titular y la aseguradora firman un contrato en el que se detallan las condiciones: la prima o primas y los pagos (si es una prima única o primas con una cuota periódica) y la indemnización que recibirán los beneficiarios de la póliza.

Cuando el asegurado paga la póliza, la aseguradora se compromete a cumplir con lo acordado en el contrato. Esto es, en caso de fallecimiento o incapacidad, los beneficiarios deben recibir la indemnización que se especifica en el contrato según las coberturas contratadas.

Los contratos de los seguros de vida tienen cuatro agentes: el tomador, la persona que lo contrata; el asegurado, la persona que queda cubierta (normalmente el tomador); la aseguradora, la empresa que ofrece el seguro de vida; y el beneficiario o beneficiarios, la persona o personas que reciben la indemnización.

Qué cubre un seguro de vida

Un seguro de vida puede tener varias coberturas, y siempre se especifican en el contrato. Ten en cuenta que pueden variar, por lo que es importante que las revises para poder elegir el que más se adapte a tus necesidades.

Si quieres saber qué cubre un seguro de vida, aquí puedes ver las coberturas más habituales:

  • Cobertura por fallecimiento: ya sea por muerte natural, enfermedad o accidente, esta cobertura la ofrecen todos los seguros de vida. Algunos también pueden ofrecer una segunda cobertura por esta causa, lo que significa que el beneficiario recibe el doble del importe pactado como indemnización en caso de fallecimiento. En este caso, solo es para fallecimientos por accidente.
  • Cobertura por invalidez: cubre los casos de invalidez y el contrato debe indicar los grados y la indemnización para cada caso.
    Servicios médicos: esta cobertura puede incluir consultas médicas, visitas médicas, ayuda psicológica, asistencia médica en el extranjero, etc.
  • Enfermedad grave: en caso de enfermedad grave, como infarto de miocardio y cáncer, hay seguros de vida que ofrecen la contratación de esta cobertura para recibir una ayuda económica.
    Accidentes de tráfico: indemnización por el fallecimiento del acompañante del titular y conductor en un accidente de tráfico.

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Tipos de seguros de vida

Estos son los tipos de seguros de vida que puedes contratar:

  • Seguro de vida riesgo: está pensado para ayudar económicamente a los beneficiarios en caso de fallecimiento del asegurado. La prima se calcula en base a la edad y el historial médico del titular y la indemnización depende del capital aportado.
  • Seguro de vida entero: el asegurado está cubierto de por vida, es decir, independientemente de la edad a la que fallezca, la prima no cambia y se puede pagar como una renta vitalicia (hasta el fallecimiento del asegurado) o temporal.
  • Seguro de vida temporal: tiene un plazo fijo, que puede ser de unos días, meses o años. También se puede concretar una edad determinada. Por lo general, se contrata para cubrir necesidades puntuales. Por ejemplo, cuando te vas de viaje y necesitas un seguro de vida durante ese tiempo. Si no tienes ningún percance, la aseguradora no te pagará ninguna indemnización y tampoco te devolverá el dinero que has pagado para contratarlo. Básicamente, lo que haces es contratar unos servicios por si los necesitas durante tu viaje: asistencia médica, repatriación, etc.
  • Seguro de vida ahorro: combina la cobertura por fallecimiento, enfermedad o invalidez con un plan de ahorro. El dinero que se ha ahorrado durante la póliza lo pueden recibir los beneficiarios en caso de fallecimiento. Ahorrar para la jubilación suele ser el motivo principal para contratarlo.

Qué tener en cuenta al contratar un seguro de vida

Si quieres contratar un seguro de vida, lo primero que debes preguntarte es qué deseas obtener con él. ¿Ayudar a tus familiares económicamente cuando fallezcas? ¿Estar cubierto en caso de invalidez o fallecimiento pero contar a la vez con un plan de ahorro? Responder a estas preguntas te permitirá contratar el seguro de vida más acertado. Por otro lado, debes tener en cuenta que el capital garantizado es el monto que recibirán tus beneficiarios, y a mayor cantidad asegurada, más alta será la prima única o el coste total de todas las primas.

Los requisitos para contratar este tipo de seguro de ahorro también varían. Por lo general, establecen una edad mínima y máxima de contratación, que suele ser desde los 18 y hasta los 65 o 70 años. Además, el asegurado debe pasar un examen médico que determine el riesgo y sus posibilidades de fallecimiento prematuro, así como su estado de salud.

Por último, desde Raisin queremos recordarte que debes leer siempre la letra pequeña, tanto en productos de ahorro como los depósitos a plazo fijo, como en productos para invertir como los fondos de inversión. Los seguros de vida, como producto de ahorro a largo plazo, no son una excepción. Asegúrate de leer la letra pequeña y cerciorarte de las condiciones del producto que contrates.