Vida financiera: qué es y cuáles son sus etapas
Desde el nacimiento y hasta la muerte, las personas pasan por una serie de etapas a lo largo de todo su ciclo vital. Cada una de ellas demandará unas necesidades y prioridades diferentes en muchos ámbitos, y el financiero no iba a ser una excepción.
La vida financiera de una persona está compuesta por varias etapas. No es lo mismo ser joven y empezar a trabajar que pensar en la jubilación, cuando lo más probable es que ya se haya acumulado un patrimonio suficiente como para vivir de manera holgada el resto de su vida. ¿En qué etapas es mejor ahorrar dinero? Lo veremos en este artículo.
Índice
Qué es la vida financiera
El dinero está presente en la mayor parte de las acciones cotidianas de una persona. Desde que nos levantamos, nos duchamos (y, por tanto, consumimos electricidad y agua caliente), hasta que nos acostamos y hacemos un pedido online. Dado que el dinero es un bien escaso, en todo ese proceso habremos tenido que tomar una serie de decisiones, descartando algunas opciones y escogiendo las que aparentemente nos proporcionan un mayor bienestar.
Por eso, a lo largo de toda la vida de una persona, la educación financiera debería ser una prioridad. Sin embargo, no es lo mismo las decisiones que toma un niño que las que puede tomar un adulto que empieza a trabajar o una persona de mediana edad que ya tiene varios hijos. La vida financiera trata de explicar cómo cambian nuestros comportamientos en materia financiera con la edad, porque las decisiones van cambiando a lo largo del ciclo vital de una persona, y se adaptan a cada circunstancia y necesidad vital.
Las etapas de la vida financiera
Existen al menos cinco etapas por las que todos pasamos desde el punto de vista financiero: infancia, adolescencia, edad adulta, consolidación profesional y jubilación.
La infancia: época de aprendizaje
A pesar de que la infancia es una etapa en la que el dinero no debería ser una preocupación, lo cierto es que es el momento en el que se sientan las bases de la educación financiera futura. Los niños aprenden el significado de la palabra ahorro viendo como se llena su hucha y comprobando que ese dinero sirve para conseguir sus objetivos.
¿Quieres irte de vacaciones a Disneyland el próximo verano? No hay problema. Todos metemos 50 céntimos cada día y cuando hayamos alcanzado suficiente dinero, nos podremos ir. Hay que tener en cuenta que los referentes de los niños son los padres, de manera que son los que tienen que enseñarles la dificultad de ahorrar y la necesidad de hacerlo.
La adolescencia: etapa de formación
Llega un momento en la vida de todas las personas en el que dejan de ser niños y se convierten en adolescentes. Es momento de salir con los amigos, de socializar y de formarse en la universidad. Los padres ya no van a pagarnos todo, de manera que tendremos que empezar a administrar nuestros gastos.
En algunos países existe la cultura de que los jóvenes deben trabajar para financiar su educación y su ocio. Sin embargo, en España, esto no está muy arraigado, de manera que se suele recurrir a la famosa “paga” o asignación semanal. Un hábito educativo para su próxima independencia.
Edad adulta: llega la hora de dar el salto financiero
Acabada la universidad, es momento de descubrir el mundo laboral. En esta etapa, la vida financiera cambia por completo, ya que, en la mayoría de los casos, dejamos de depender económicamente de nuestros padres para obtener nuestros propios ingresos.
El objetivo es obtener cierta estabilidad laboral que permita pensar a más largo plazo: comprar una vivienda, formar una familia o las próximas vacaciones son algunos de los objetivos más comunes. La mayoría de los gastos de esta etapa van dirigidos a financiar la economía doméstica.
Consolidación profesional
La madurez profesional llega con una nueva etapa. En muchos casos, los hijos ya se han independizado, dejamos de tener tantas deudas y el patrimonio obtenido es más que suficiente. Los ingresos se han estabilizado y los gastos no responden tanto a una necesidad sino a un capricho.
Eso sí, esta etapa no está exenta de gastos. Puede que sea el momento de ayudar a los hijos con la universidad, con un gran viaje, con la vivienda, con el coche o con su boda. Para ello, es importante tener un buen colchón que permita financiar todos estos gastos sin apuros.
Madurez: Estabilización, libertad y disfrute
En una situación ideal, todos deberíamos tener suficiente dinero ahorrado como para pasar la jubilación sin apuros financieros. A ello también contribuirá la pensión pública, aunque no siempre es suficiente como para permitir llevar una vida holgada.
En esta etapa, es momento de recoger los frutos de toda una vida trabajando y disfrutar, ya sea con ingresos pasivos o, simplemente, tirando de todo el dinero ahorrado durante todas estas etapas.
Conclusiones
En definitiva, la vida financiera de una persona atraviesa diferentes etapas que, casi siempre, cumplen con una serie de patrones comunes. Comienza por una etapa de creación de hábitos saludables, acumulación de patrimonio y disfrute del mismo.
Es por ello que, en las últimas etapas de la vida financiera, contar con productos financieros, como por ejemplo depósitos a plazo fijo, nos puede ayudar a contar con un colchón de dinero que nos permitirá vivir sin dolores de cabeza y sacar ventaja de nuestros ahorros.