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El término financiero estanflación cada vez acapara más titulares, pero ¿conoces su definición? ¿Sabes qué consecuencias tiene o por qué se produce? Sigue leyendo y descúbrelo con Raisin.
Es la situación en la que una economía tiene inflación y estancamiento. O dicho de otro modo, hay subida de precios y la economía no crece.
Las causas suelen ser: políticas monetarias inadecuadas, crisis financiera a nivel mundial, déficit presupuestario o mercado laboral poco flexible.
Entre las consecuencias destacan: inestabilidad económica, pérdida de poder adquisitivo, aumento del desempleo y disminución de la capacidad de ahorro.
Productos de ahorro como los depósitos a plazo fijo y las cuentas de ahorro pueden darte un extra que te ayude a hacer frente a la subida de precios.
La estanflación puede tener consecuencias muy negativas para la economía. Cuando en un país hay inflación y estancamiento, los precios de los productos y servicios suben y el PIB baja. Esto puede hacer que aumente el desempleo. Todo esto se traduciría en un país con una economía inestable y una sociedad que va perdiendo poder adquisitivo.
Un ejemplo de estanflación fue la crisis del petróleo de 1973, cuando la OPEP (Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo) dejó de exportar petróleo a Occidente (a Estados Unidos y a países de Europa). Esto hizo que subiese el precio del petróleo y de la producción de otros productos. Como consecuencia, la demanda bajó y esto desembocó en desempleo por los recortes de producción. En este caso, la falta de oferta de una materia prima como el petróleo desestabilizó el crecimiento de la economía y subió los precios.
Este concepto económico combina dos términos financieros: estancamiento e inflación. Se usa para hacer referencia a la situación económica en la que la economía está estancada (a saber, la tasa de crecimiento del PIB es baja o negativa) y la inflación es elevada.
Por tanto, es cuando una economía está en recesión (aumento de la tasa de desempleo y tasas de crecimiento negativas), pero los precios de los bienes y servicios suben. Aunque no es la situación más habitual, sí puede ocurrir y es una de las situaciones más complejas que pueden darse en la economía de un país, ya que las políticas expansivas y contractivas van en dirección opuesta.
Es decir, para reducir la inflación se pueden subir los tipos de interés o aumentar los impuestos (disminuir la demanda); en cambio, para reactivar la economía se reducen los tipos de interés para estimular el consumo (aumentar la demanda). Así, si se aplican políticas expansivas para fomentar el crecimiento podría haber más inflación; y si se aplican políticas contractivas para detener la subida de los precios podría alargarse el estancamiento.
La estanflación en una economía puede tener las siguientes causas:
Políticas monetarias: si se crean políticas monetarias inadecuadas para controlar la inflación y el crecimiento de la economía.
Crisis financiera global: una crisis financiera internacional, un cisne negro, o cualquier evento inesperado pueden provocar, por ejemplo, un aumento en el precio de materias primas como el petróleo. Esto tendría un impacto muy negativo en la economía y se traduciría en estanflación.
Déficit presupuestario: si los gastos de un gobierno superan los ingresos y dicho gobierno decide emitir dinero para financiarse.
Estas son las consecuencias principales de la estanflación:
Inestabilidad económica: una economía con estanflación es sinónimo de inestabilidad económica. Esto crea desconfianza en los consumidores, lo que acaba repercutiendo en el consumo.
Aumento del paro: las empresas pueden decidir reducir su plantilla en periodos de estanflación, ya que se consume menos debido a la inflación (baja la demanda) y los costes de producción suben.
Pérdida de poder adquisitivo: como los precios suben, las personas pueden comprar menos con el mismo dinero. Consecuentemente, la gente consume menos (es justo lo contrario que cuando hay deflación, situación en la que el dinero gana valor).
Menos capacidad de ahorro: relacionado con el punto anterior, la población tiene menos dinero y ahorra menos. A su vez, esto afecta a la contratación de productos de ahorro como las cuentas remuneradas y los depósitos bancarios, y hace que la gente también invierta menos.
La estanflación es una de las situaciones más complejas que se puede dar en una economía. Con todo, los gobiernos pueden tomar medidas para combatirla. En este sentido, una política monetaria deflacionista serviría para reducir la inflación y estimular el crecimiento económico.
En concreto, un gobierno puede combatir la estanflación regulando la oferta monetaria y los tipos de interés. Asimismo, puede reducir la presión fiscal (bajar algunos impuestos) para que los consumidores tengan más capital y consuman más.
Como ahorrador, para combatir la estanflación puedes contratar productos de ahorro que te den una rentabilidad por tu dinero. En Raisin puedes acceder a productos de ahorro de bancos europeos y españoles: depósitos a 6 meses, cuentas de ahorro, depósitos a 3 meses, etc. Actualmente, con hasta un 2,97 % TAE.
Aunque pueden confundirse, estanflación y recesión no son lo mismo. Por un lado, la estanflación es la situación en la que una economía está estancada (no hay crecimiento) y la inflación es alta.
Por otro lado, en una recesión baja la demanda y esto lleva a una desaceleración de la economía. Como hay menos demanda, bajan los precios de los bienes y los servicios. Por ende, en la estanflación hay una inflación elevada, pero en una recesión no hay inflación porque los precios van bajando con el tiempo.
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