TAE: qué es y para qué sirve

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Cuando vas a una entidad financiera a contratar un producto de ahorro o inversión o a solicitar información siempre verás el término financiero TAE, o tasa anual equivalente, en los folletos informativos. También puedes haberlo oído en los anuncios publicitarios de los bancos y hasta en los carteles de los escaparates de sus sucursales. Pero ¿sabes su definición, para qué sirve y cómo se calcula? A continuación te lo contamos.

En pocas palabras
  • En un producto de financiación, como un préstamo o una hipoteca, la TAE es el coste total que pagarás. En un producto de ahorro, como un depósito bancario, la TAE es la rentabilidad total que obtendrás.
  • La TAE sirve para poder comparar productos y elegir el que menos cueste o el que ofrezca un mayor beneficio.
  • El TIN y la TAE no son lo mismo, siempre debes mirar la tasa anual equivalente para comparar y elegir la mejor opción.
  • El Banco de España obliga a las entidades financieras a indicar la TAE de sus productos, aunque a veces pueden intentar ocultarla en sus folletos informativos utilizando letra pequeña.

Qué es la TAE

La tasa anual equivalente o TAE es una cifra que indica el coste o la rentabilidad total de un producto de financiación o ahorro. En un préstamo o hipoteca es el coste real. Este indicador no solo recoge el tipo de interés del préstamo (conocido como tipo de interés nominal o TIN), sino también los gastos que puede haber (como los seguros asociados o sus comisiones).

En ocasiones, un préstamo puede tener un TIN muy atractivo (incluso del 0 %). Sin embargo, si ese préstamo te obliga a contratar un seguro de vida o de protección de pagos o implica pagar una comisión de apertura y otra de cancelación, quizás ya no te resulte tan atractivo.

Pero ¿y si no quieres pedir dinero prestado a una entidad financiera y eres tú quien se lo deja? Si le dejas tu capital a un banco, por ejemplo, a través de un depósito bancario, la TAE es el indicador que te muestra lo que ganarás al año. Y es que, la TAE no solo tiene en cuenta el tipo de interés que se aplica (TIN), sino también el resto de factores que influyen sobre la rentabilidad final, como la cantidad de dinero que se va a invertir, el plazo de vencimiento o la frecuencia con la que se abonarán los intereses (mensual, trimestral, anual, etc.).

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Para qué sirve la TAE

Por un lado, a la hora de pedir capital, la TAE te sirve para comparar varios préstamos entre sí y averiguar cuál es el más barato. No basta con consultar el TIN, ya que esta cifra no incluye otros gastos que puede tener el préstamo. Por eso, siempre debes averiguar el coste real del producto que quieres contratar, es decir, su TAE.

Si lo que quieres es contratar un producto de ahorro o inversión, la TAE te sirve para comparar diferentes opciones y elegir la que ofrezca una rentabilidad más alta. En otras palabras, este indicador te permite saber de antemano lo que ganarás al año con ese producto.

El Banco de España obliga a todas las entidades financieras a mostrar tanto el TIN como la TAE. Sin embargo, y especialmente en préstamos e hipotecas, puede que algunos bancos publiciten el TIN y la TAE solo aparezca como letra pequeña, es decir, como una cifra que puedes pasar por alto porque aparece casi escondida. Por este motivo, en Raisin te recordamos que es muy importante saber la TAE antes de tomar una decisión.

Cómo calcular la TAE de un préstamo

Para calcular la tasa anual equivalente de un préstamo, o de cualquier producto de ahorro o financiación, solo tienes que aplicar la fórmula TAE:

TAE = (1 + r/f)f-1

R es el tipo de interés nominal y F la frecuencia de los pagos.

Qué diferencia a la TAE del TIN

Para que entiendas mejor la diferencia entre la TAE y el TIN vamos a ver un par de ejemplos. Imagina que quieres contratar un préstamo de 20.000 euros a devolver en 8 años con un tipo de interés nominal (TIN) del 5,99 %. Si los gastos de formalización del préstamo son de 60 euros y la comisión de apertura es del 2 %, entonces la TAE sería del 6,81 %.

Capital 20.000 €
Plazo de devolución 8 años
TIN 5,99 %
Gastos de formalización 60 €
Comisión de apertura 2 %
TAE 6,81 %

Como puedes ver en la tabla anterior, el TIN y la TAE no son lo mismo. En el ejemplo, la TAE es superior al TIN y por eso el préstamo no es tan barato como parecía. Si en vez de un préstamo fuese una hipoteca con un plazo de devolución de 20 o 30 años, la diferencia entre el TIN y la TAE sería mayor. Puedes comprobarlo tú mismo con los simuladores del Banco de España.

¿Y si quieres invertir 10.000 euros en un depósito a plazo fijo con un TIN del 4 % sin gastos ni comisiones? Ahora imagina que tienes dos opciones: el depósito A (con liquidación anual de intereses) y el depósito B (con liquidación semestral). Aunque en principio ambos ofrecen la misma rentabilidad (4 %), al aplicar la fórmula de la TAE, los resultados son distintos:

Depósito A Depósito B
Inversión 10.000 € 10.000 €
TIN 4 % 4 %
Gastos 0 € 0 €
Comisiones 0 € 0 €
Tipo de liquidación Anual Semestral
TAE 4 % 4,04 %

En este último ejemplo, el depósito B (con liquidación semestral de intereses) tiene una TAE mayor, por tanto, te dará un mayor beneficio.

En definitiva, conocer la TAE es muy importante para comparar opciones y valorar si estás o no ante una buena oportunidad. Puede que un banco te ofrezca un depósito con un interés (TIN) interesante, pero si te fijas en la TAE puede que el producto no merezca la pena.

Ten en cuenta que para captar tu atención, la mayoría de bancos te mostrarán siempre el TIN de sus productos, pero no serán tan claros con su TAE. No obstante, como hemos mencionado, el Banco de España obliga a las entidades financieras a mostrar la TAE de todos sus productos. Busca la tasa anual equivalente para poder tomar mejores decisiones.