Rentabilidad de retorno absoluto o relativo:
¿cuál es la mejor opción?

Inicio > Educación Financiera > Rentabilidad de retorno

El retorno absoluto como el retorno relativo son dos conceptos de inversión que se han convertido en estrategias importantes dentro de la gestión de fondos. Cada una de ella tiene sus adeptos y sus detractores aunque, en mayor o menor medida, ambas se han convertido en filosofías muy seguidas por los inversores.

Pero, ¿cuál de ellas es mejor? ¿Qué estrategia proporciona mejores resultados a medio y largo plazo? ¿Cómo se interpretan? Vamos a verlo.

Qué es el retorno absoluto

El retorno absoluto no es más que la medición de la rentabilidad de un instrumento financiero obtenida en un periodo de tiempo, generalmente un año. En este sentido, es una filosofía de inversión que trata que persigue beneficios constantes y positivos, con independencia de las condiciones del mercado. 

El gestor que sigue esta estrategia selecciona aquellos activos que creen que mejor se van a comportar de acuerdo a la coyuntura financiera de ese momento para que los inversores no tengan pérdidas.

La gestión de los fondos de retorno absoluto es libre y, de hecho, tratan de descorrelacionar lo máximo posible de la evolución del mercado, especialmente en periodos bajistas. Para ello, escogen diferentes tipologías de activos, adoptan posiciones cortas y utilizan productos derivados que actúan como cobertura, entre otras estrategias.

Así pues, la rentabilidad de estos instrumentos depende de la habilidad del equipo gestor para seleccionar correctamente aquellos activos que mejor se comporten en la situación del mercado. Por eso, los fondos de retorno absoluto suelen tener un riesgo bajo que contribuya a lograr el objetivo de una rentabilidad positiva, aunque generalmente inferior a la de productos de mayor riesgo.

En el caso particular de los fondos de inversión, son casi siempre fondos de autor, porque el devenir está ligado a los conocimientos y habilidades del gestor del fondo de inversión. Sin embargo, no todos los fondos de este tipo lograron rentabilidades positivas en el último año. Según datos de Inverco, de los 139 fondos de retorno absoluto comercializados en España, 14 obtuvieron rentabilidades negativas en 2019. Es decir, un 10 % de los mismos no lograron cumplir con su objetivo.

Qué es el retorno relativo

El retorno relativo mide la rentabilidad de un activo en relación con la media del mercado, siendo un indicador de la habilidad del gestor para superar al mercado. En este sentido, el objetivo del retorno relativo no es obtener beneficios siempre, sino hacerlo mejor (o, al menos igual) que un benchmark de referencia, es decir, un índice como el S&P 500.

En este sentido, no se trata de elegir activos contracíclicos, sino tratar de superar los periodos alcistas y suavizar los periodos bajistas, incluso aunque se tengan que asumir rentabilidades negativas algunos años. Esta estrategia es seguida por algunas filosofías tan de moda como el value investing, el growth e incluso los gestores automatizados de fondos, más conocidos como roboadvisors.

Ejemplo de retorno absoluto y retorno relativo

¿Un 2 por ciento de rentabilidad es un buen o un mal resultado? Pues depende. En un contexto alcista de mercado, en el que los principales índices están obteniendo resultados por encima del 10%, es una pésima rentabilidad. Sin embargo, si el mercado cae un 20% en un año, el resultado es excelente.

Esta es la principal diferencia entre un inversor que sigue una filosofía de retorno absoluto y otra que sigue una de retorno relativo. El primero considerará más que aceptable la rentabilidad positiva. Sin embargo, el segundo lo hará dependiendo de las condiciones del mercado. Que el resultado sea bueno o no dependerá de un punto de referencia o del mercado en general.

¿Quieres saber más?

Suscríbete a nuestra newsletter y recibirás:

  • Noticias y artículos de actualidad financiera
  • Tipos de interés exclusivos de nuestra plataforma
  • Ofertas y promociones especiales

Retorno absoluto o retorno relativo: cuál es la mejor opción

No existe una respuesta única a esta pregunta, ya que depende de la estrategia del inversor, de su aversión al riesgo y de sus necesidades. En teoría, un inversor más conservador apostaría por el retorno absoluto, ya que sabe de antemano que es una estrategia que preserva su capital, aunque sea a costa de obtener menores rendimientos. Eso sí, nadie nos garantiza que se vayan a conseguir los objetivos de manera constante, y es posible que el retorno absoluto tenga momentos de pérdidas.

Por su parte, el retorno relativo sí que puede acarrear pérdidas, aunque los beneficios suelen ser mayores en momentos alcistas, especialmente cuando se supera la rentabilidad del mercado. En este caso, todo depende de la capacidad del gestor para lograr mejores resultados que el mercado de forma sostenida a largo plazo, una tarea complicada que no siempre se consigue.

Sea como fuere, ambas estrategias son dos caras de una misma moneda, ya que forman parte del amplio abanico de opciones que brindan los fondos de inversión y otros productos análogos.