Robo advisor: qué es, cómo funciona, ventajas y desventajas

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¿Quieres saber qué es un robo advisor y cómo funciona? Los inversores utilizan productos de software de bajo coste llamados «robo advisors» para gestionar sus carteras en piloto automático. Pero ¿merecen la pena? En Raisin te explicamos lo que debes saber sobre este gestor de inversión para que decidas si usarlo o no.

En pocas palabras
  • Es un gestor automatizado de inversiones con carteras compuestas por fondos indexados y ETFs, principalmente.
  • Es una buena opción para ahorrar a largo plazo, sin embargo, si quieres tener acceso a tu capital en un futuro próximo, mejor abre un depósito a plazo fijo o una cuenta de ahorros en entidades europeas.
  • Las bajas comisiones que tienen son su principal ventaja. Además, te permiten diversificar de forma fácil y con una inversión mínima baja.
  • Tendrás que hacer un test de idoneidad para que el robo advisor te recomiende una cartera según tu perfil de inversor.

¿Qué es un robo advisor?

Un robo advisor es un gestor automatizado de inversiones, es decir, una plataforma digital que ofrece carteras de inversión automatizadas a un precio muy competitivo. Suelen estar compuestas por fondos indexados y ETFs, aunque también por planes de pensiones. Utilizan algoritmos y son una buena opción para inversores principiantes o con estrategias simples que quieran ahorrar a largo plazo.

El término une las palabras inglesas robo (robot) y advisor (asesor), aunque no solo te asesora con estrategias de inversión, también optimiza tu cartera y gestiona tu capital para que consigas ahorrar dinero. Aunque funciona con algoritmos y de forma automatizada, suele estar supervisado por inversores expertos.

¿Cuál es el origen de los robo advisors?

Tienen su origen en Estados Unidos en 2008, en plena crisis financiera. Este contexto económico no es casualidad, ya que surgieron para reducir las altas comisiones de gestión de los asesores financieros (que cuestan unos 50.000 € en España).

El primer robo advisor fue Betterment y comenzó a funcionar en 2010. Durante los siguientes años se crearon otros robo advisors que, además de tener un coste más bajo que los asesores financieros tradicionales, permitieron invertir de forma más fácil y diversificada.

El primero en aterrizar en España fue FeelCapital, en 2014. Y aunque no se utilicen tanto como en Estados Unidos, se han ido haciendo un hueco en el mercado y cada vez son más los inversores que los utilizan para ahorrar a largo plazo.

¿Cómo funciona un robo advisor?

Un grupo de expertos crea carteras indexadas según la Teoría de Carteras, es decir, con las mejores combinaciones para maximizar el retorno y minimizar el riesgo. El robo advisor propone estas carteras a los inversores (que han hecho un test de idoneidad) según su perfil.  

Pero este gestor automatizado de inversiones no solo crea carteras, sino que también las gestiona. Para ello, hace un rebalanceo automático (mínimo una vez al año) teniendo en cuenta la rentabilidad de los fondos de la cartera. Así, equipara los porcentajes hasta que estén acorde a la estrategia de inversión (que tú como inversor has fijado en la contratación).

Sin embargo, aunque a grandes rasgos así es como funciona un robo advisor, puede haber algunas diferencias entre ellos, por ejemplo, cómo crean sus carteras, cuándo hacen los rebalanceos, el número de rebalanceos que llevan a cabo y las comisiones.

Ventajas de los robo advisors

Estas son las principales ventajas de los robo advisors:

  • Bajas comisiones: sus comisiones son mucho más bajas que las de los gestores financieros y los bancos. En parte, esto se debe a la gestión pasiva y a la automatización del proceso. En general, cobran una comisión de servicio que puede ser mensual y fija (de 15 € a 200 €, según el valor de la cartera) o un porcentaje de los activos al año (de 0,15 % a 0,50 % del valor de tu cuenta). También pagarás los gastos asociados a las inversiones utilizadas por los robo advisors, aunque estos costes se deducen de los activos del fondo antes de distribuir los rendimientos a los inversores.
  • Fácil de usar: empezar a utilizar un robo advisor es fácil. Solo tienes que hacer un test de idoneidad para que este gestor te asigne la mejor cartera según tu perfil.
  • Diversificación: el mejor consejo que se le puede dar a un inversor principiante es el de diversificar. Con un robo advisor tu dinero está repartido (principalmente en ETFs y fondos indexados), por tanto, el riesgo de tener grandes pérdidas es muy bajo.
  • Regulación: están regulados y controlados por la CNMV y el Banco de España, lo que hace que sean seguros. Sin embargo, como en todo producto de inversión, siempre hay riesgo.
  • Baja inversión mínima: algunos exigen una inversión mínima baja y asequible: por ejemplo, 100 o 150 €. Por lo general, el capital mínimo suele ser de 1.000 a 3.000 €.
  • Minimización de errores: los inversores suelen dejarse llevar por los máximos y mínimos del mercado o por sus instintos, sobre todo los principiantes. Sin embargo, esta es una estrategia de inversión que hay que evitar, y una forma de hacerlo es con un robo advisor.
  • Proceso automatizado: una vez abras tu cuenta, el software se encarga del proceso de inversión. No tienes que preocuparte de hacer cambios en tu cartera o invertir más o menos en un sector de mercado determinado. Tampoco de iniciar sesión en la cuenta o realizar operaciones.
  • Bajas aportaciones: puedes invertir una cantidad menor a un coste menor. Los asesores financieros suelen solicitar una cantidad mayor para empezar a invertir y sus comisiones son más altas que las de los robo advisors.  
  • Adaptabilidad: tu cartera se adapta a ti. Si quieres asumir menos riesgos en un momento determinado, puedes repetir el test de idoneidad para que el robo advisor tenga en cuenta tu nuevo perfil de inversor.
  • Online: por lo general, podrás hacer cualquier gestión de forma online, también acceder a tu cartera desde y cuando lo necesites.
  • Transparencia: normalmente, no esconden sus comisiones y costes. De hecho, su bajo coste es uno de los motivos por los que muchos inversores se animan a probarlos.

Desventajas de los robo advisors

Los gestores automatizados de inversiones también tienen algunas ventajas que puedes ver a continuación:

  • Asignación de activos fija: cuando se te asigne una cartera no podrás cambiar los activos que hay en ella, solo cambiarla por una con más o menos riesgo. Por tanto, no puedes elegir los activos.
  • Volatilidad: una cartera gestionada de forma pasiva no se ajusta tanto como una cartera gestionada de forma activa, sobre todo cuando hay cambios en el mercado.
  • Test de idoneidad: aunque sirve para definir tu perfil como inversor, puede que con tus respuestas el robo advisor no te proponga una cartera con lo que buscas, sobre todo si no conoces muy bien los términos y conceptos financieros del test.
  • Largo plazo: los mejores resultados se ofrecen a largo plazo, idealmente, unos 10 años.

¿Qué robo advisors existen en España?

En España existen varios robo advisors y los hemos clasificado según lo que ofrecen:

  • Robo advisors con carteras indexadas: Indexa Capital, inbestMe, Finanbest y Finizens.
  • Robo advisors con carteras indexadas y otros productos: algunos de los mejores robo advisors son MyInvestor, Invertimos por ti (Openbank), Bankinter Roboadvisor y Smart Money (CaixaBank).

Rentabilidad y tributación de los robo advisors

¿Un gestor automatizado es rentable? Los robo advisors suelen ser rentables, sin embargo, la rentabilidad exacta depende de muchos factores, por ejemplo, el riesgo que quieras asumir. 

Con todo, estos gestores de inversión son transparentes y suelen mostrar la rentabilidad de sus carteras. Ten en cuenta que las ganancias que consigas con los productos de tu cartera tributan. Si se consideran rentas del ahorro, pagarás un tanto de las ganancias al vender:

  • Hasta 6.000 € un 19 %.
  • Entre 6.000 € y 50.000 € un 21 %.
  • Entre 50.000 € y 200.000 € un 23 %.
  • Más de 200.000 €, un 26 %.

Si tu cartera está compuesta por planes de pensiones, pagarás impuestos cuando te jubiles y liquides el capital. En este caso, el dinero tributa en el IRPF como rentas de trabajo.