Inicio › Inversión › Fondos de inversión › Fondos de cobertura
Los fondos de cobertura, también conocidos como hedge funds o fondos de inversión libre, son un tipo de fondo de inversión con más flexibilidad que los fondos convencionales. Su rentabilidad puede ser muy alta, pero tienen un riesgo elevado para el inversor. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
Los fondos de cobertura son un vehículo de inversión que compra toda clase de activos con el dinero de sus partícipes.
Tienen más libertad para operar que otros fondos de inversión y su regulación es mucho más laxa.
Sus comisiones suelen ser elevadas, y hay que hacer grandes desembolsos para formar parte de un hedge fund.
Pueden ofrecer grandes rentabilidades, pero tienen alto riesgo. Si eres un inversor conservador, sería más recomendable que optases por productos de ahorro, como los depósitos a plazo y las cuentas de ahorro.
Un fondo de cobertura, también conocido como hedge fund o fondo de inversión libre, es una institución de inversión colectiva (IIC). Sus características hacen que sea flexible y diferente a otros tipos de fondos de inversión.
Una de las particularidades de un fondo de inversión libre es que sus gestores pueden delimitar estrategias con mucha más libertad que en otros fondos. Por ejemplo, pueden comprar cualquier tipo de activo, aunque sea volátil o riesgoso, o endeudarse sin tener tantos límites como el resto de fondos convencionales.
Esta mayor libertad para delimitar y ejecutar las políticas de inversión hace que muchos de ellos tomen decisiones muy arriesgadas, incluso a contracorriente de los mercados financieros. En contrapartida, estos fondos de cobertura pueden ofrecer rentabilidades muy elevadas a sus partícipes.
Hoy en día, los hedge funds recurren a multitud de estrategias para garantizar una rentabilidad a sus accionistas al margen de la marcha de los mercados financieros y globales. Y es que, en pos de lograr altas rentabilidades, utilizan instrumentos complejos y riesgosos, como los derivados financieros.
Además, los gestores de los fondos de cobertura suelen ser expertos en inversión, y pueden adelantarse a las tendencias en los mercados. A cambio, los partícipes pagan comisiones bastante cuantiosas, especialmente cuando las estrategias de los gestores tienen éxito.
La regulación y las características de los hedge funds no son las mismas que las de otros fondos de inversión. A continuación puedes ver sus particularidades:
Se exige un mínimo de 25 partícipes en un fondo de cobertura, frente a los 100 partícipes que se demandan en otros tipos de fondos.
Un hedge fund puede tener en su cartera cualquier activo financiero, desde acciones de una empresa, derivados o materias primas, hasta incluso bienes inmobiliarios.
Al tratarse de un vehículo de inversión con una gestión muy activa, en la que los gestores están realmente implicados en la toma de decisiones y entregan mucho valor al cliente, las comisiones serán notablemente más altas.
Normalmente, los fondos de cobertura en España cobran dos comisiones:
Comisión de gestión: suele oscilar entre el 1 y el 2 % del patrimonio del fondo y se le carga al partícipe independientemente del resultado obtenido por el hedge fund.
Comisión de éxito: varía entre un 15 y un 25 % del beneficio obtenido por el fondo en cierto periodo de tiempo. Por tanto, si la rentabilidad del fondo es 0, no habrá comisión.
No obstante, tal como apunta la CNMV, en España no existe un límite máximo legal para estas comisiones en línea con la libertad que gozan los fondos de inversión libre.
Los fondos de cobertura tienen un riesgo alto para el inversor, ya que las políticas de inversión no son del todo seguras y utilizan apalancamiento financiero. Es decir, se endeudan para comprar activos. De hecho, se pueden endeudar hasta cinco veces el valor de su propio patrimonio, lo que aumenta el riesgo de cualquier operación.
Por otro lado, son menos transparentes que los fondos tradicionales, y una de las razones es que solo están obligados a declarar su valor liquidativo cada 3 meses, aunque muchos lo realizan de manera mensual.
Los hedge funds no son aptos para todos los inversores. Es más, los principales partícipes no suelen ser particulares, sino instituciones profesionales como bancos, aseguradoras, fondos de pensiones o incluso fondos de inversión.
En parte, esto es así porque uno de los requisitos para invertir en un fondo de cobertura en España, si no eres profesional, es aportar como mínimo 100.000 euros. Por ende, este tipo de inversión está al alcance de muy pocos.
Se considera que un hedge fund es un activo poco líquido debido a que puede exigir un período mínimo de inversión y solo debe efectuar reembolsos cada tres o seis meses.
Estas son las ventajas principales de un fondo de inversión libre:
Rentabilidad potencial mucho más elevada que la de otros productos de inversión.
Rentabilidad incluso en tiempos donde la tendencia del mercado sea bajista.
Mayor diversificación al tener a su disposición un mayor abanico de activos financieros que un fondo tradicional.
Sin embargo, al igual que otros tipos de inversión, también tiene desventajas:
El riesgo es muy elevado dadas las estrategias llevadas a cabo y al apalancamiento.
La liquidez es menor que en la de otros fondos de inversión.
Menor supervisión y control por parte de las autoridades competentes, especialmente en los fondos de cobertura de países extracomunitarios y paraísos fiscales.
Menor transparencia porque el inversor conoce el valor real de las participaciones mensualmente o trimestralmente. Y en muchos casos, este valor no está verificado por auditores externos.
Mayores comisiones al no existir un límite máximo legal.
Mayor complejidad.
Solo apto para profesionales o gente con alto poder adquisitivo.
Existen diferentes tipos de fondos de cobertura según su estrategia:
Se basa simplemente en observar y predecir las principales tendencias en los mercados mundiales y en tomar posiciones bajistas o alcistas.
Consiste en comprar activos infravalorados y al mismo tiempo operar en corto con activos altamente relacionados que se consideren sobrevalorados.
En la operación en corto se pide prestado un activo a un bróker, y se vende ese mismo activo en el futuro para luego devolverlo al bróker. Si el activo sube de valor, se pierde dinero, pero si su precio baja, se obtiene una ganancia.
Se trata de predecir el comportamiento futuro de una empresa que no tiene buen rendimiento. Así, los fondos de cobertura pueden posicionarse en largo sobre aquellas que vaticinen que se recuperarán y posicionarse en corto en aquellas que, por el contrario, continuarán su tendencia bajista.
Buscan desajustes de precios en los mercados financieros antes de que estos se equilibren de manera natural. Estos desequilibrios no suelen durar mucho y normalmente el margen de desajuste es bastante pequeño. Por lo tanto, para sacar suficiente rentabilidad de estas operaciones se tiene que invertir una gran cantidad de dinero.