¿Cuándo y cómo vender un fondo de inversión?
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¿Cuándo y cómo vender un fondo de inversión?
Los fondos de inversión son el instrumento más sencillo que existe para invertir en bolsa. Permiten hacerlo de forma fácil, barata y con una elevada diversificación. Para un pequeño inversor, es la mejor forma de invertir en acciones y bonos de empresas y estados de todo el planeta.
Y si fácil es contratar un fondo, más fácil es venderlo en el caso de que deje de resultarte atractivo. Sólo hay que dar la orden al banco o a la comercializador y en pocos días tendrás el dinero en tu cuenta corriente. Si quieres seguir invertido y evitar tributar por las plusvalías generadas, una segunda opción es traspasar el fondo, es decir, pasar el capital del fondo actual a un fondo diferente.
Pero, ¿cuáles son los factores que debes tener en cuenta para vender o traspasar un fondo de inversión? Te lo contamos.
Cuándo vender un fondo de inversión
Estas son las señales que debes tener en cuenta para decidir si debes vender o no tu fondo:
1. Te preocupa su evolución
Todos sabemos que los mercados financieros son volátiles y que las etapas alcistas y bajistas se suceden. Y sabemos también que una buena inversión a largo plazo debe pasar por momentos duros. Por eso, los inversores que contratan un fondo de inversión lo hacen con el objetivo de obtener una rentabilidad a medio y largo plazo por su dinero.
Sin embargo, hay fondos que se comportan de forma preocupante independientemente de la situación del mercado. Cuando la bolsa sube, el fondo sube menos que el mercado; y cuando baja, baja más. Si la rentabilidad de tu fondo te quita el sueño y los argumentos de tu gestora te parecen papel mojado, quizás ese producto no sea el idóneo para ti y deberías venderlo.
2. Sufre un cambio de estrategia
Si un día recibes una comunicación de tu gestor avisándote de que la forma de invertir del fondo va a cambiar, deberías ponerte en alerta. Es cierto que en ocasiones los cambios de estrategia de este producto sirven para adaptarse a la nueva situación de los mercados. Sin embargo, la realidad es que un buen fondo de inversión no debería cambiar jamás su estrategia.
Un cambio de rumbo, desinvirtiendo en ciertos activos e invirtiendo en otros, o traspasando capitales de unas áreas geográficas a otras, denota improvisación y una mala planificación a largo plazo. A lo mejor deberías aprovechar la situación para decidir si quieres mantener o no tu dinero ahí invertido.
3. Cambia de gestor
Un cambio de gestor puede ser aún más grave que un cambio de estrategia, sobre todo en el caso de los fondos de autor. Muchos inversores confían su dinero a una persona en concreto o a un grupo reducido de gestores que cuentan con una gran reputación y con los que comparten su filosofía de inversión.
Si el gestor cambia, podría cambiar también la filosofía del fondo, la forma de invertir o incluso los costes y comisiones que se pagan por las distintas gestiones. Antes de decidir si venderlo o no, debes analizar quién es el nuevo gestor y si mantendrá el fondo sin grandes cambios.
4. No se adapta a tu objetivos financieros
Cuando un inversor elige un fondo de inversión, debe hacerlo en base a unos criterios objetivos. Esto significa que el fondo debe adaptarse a su aversión al riesgo y a sus objetivos financieros, es decir, a su perfil de inversión. Sin embargo, la vida da muchas vueltas y el perfil de inversión puede verse afectado.
Tal vez, siendo joven contrataste un fondo de inversión con mucha renta variable y poca renta fija. El tiempo pasa, cumples años, contratas una hipoteca, tienes hijos… y la volatilidad de la renta variable ya no te parece tan atractiva. Tu vida ha cambiado y tus objetivos financieros también.
Ante estas señales, tal vez sea el momento de vender o traspasar tu fondo y buscar una alternativa más conservadora, como un fondo de inversión formado mayoritariamente por activos de renta fija o algún depósito bancario que ofrezca una buena rentabilidad.
En este artículo te mostramos cuáles son las ventajas de los depósitos bancarios frente a los fondos de inversión.
5. Cambio en la política de comisiones
Nada ni nadie te puede garantizar cuál será la rentabilidad de tu fondo de inversión. Sin embargo, las comisiones y costes del mismo sí que los conoces desde el minuto uno. Si el banco o la gestora con la que tienes contratado tu fondo decide actualizar su política de comisiones y eso implica que te van a cobrar más, tal vez sea un buen momento para decir adiós.
Las comisiones de un fondo de inversión tienen un efecto enorme su rentabilidad final. Teniendo en cuenta que es muy fácil contratar un fondo de gestión pasiva (por ejemplo, un fondo indexado) con comisiones de risa (entre el 0,2 y el 0,4%), soportar costes elevados “porque sí” carece de toda lógica.